Este 21 de enero se celebra en todo el mundo el día del abrazo, al ser creado en el año 1986 por Kevin Zaborney, con el fin de transmitir cariño entre los demás.


Un abrazo puede mejorar el desarrollo físico y psicológico, además de disminuir los niveles de estrés.


Un buen abrazo dura 20 segundos mínimo y cuando es con cariño favorece la producción de oxitocina, hormona de la felicidad.


Los abrazos no solo tienen un componente emocional, sino que además son muy beneficiosos para la salud, los abrazos liberan serotonina y dopamina, generando una gran sensación de bienestar y felicidad. Asociado a esto, también se mejora la autoestima, por lo que aumenta el buen estado de ánimo y energía.


Abrazar relaja, nos aporta tranquilidad, seguridad y confianza, disminuye el estrés, relaja los músculos y nos hace sentir bien. Todo esto, a su vez, contribuye a reducir el riesgo de padecer demencia.

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