Un dato que se refleja en el incremento de la delincuencia, y la impunidad con que opera en el estado, está en la complicidad de los agentes con los criminales. Hasta hoy existen más de 100 expedientes de policías, de muchos de los 217 municipios, que se ha detectado que tienen nexos con la delincuencia. Son, literalmente, infiltrados del crimen. Se trabaja en los procesos correspondientes. Esto tiene lógica, cuando se recuerda que, de acuerdo con el SESNSP, en Puebla 75% de los efectivos de todas las corporaciones no ha conseguido aprobar las certificaciones. También rebota en la percepción tan alta de inseguridad, de 92.7%, según el Inegi, que tienen específicamente los poblanos de la capital. Los cuerpos de seguridad municipales están infiltrados, pero las autoridades ya van por las manzanas podridas.

Muchas son las causas de la inseguridad en todo el estado, que se ha acentuado, por lógica demográfica, en Puebla capital.

Pero poco hemos reflexionado, por tratarse de datos ocultos o que se manejan con secrecía, de los efectivos policiacos que colaboran con la delincuencia.

Que son agentes dobles: son policías y también ladrones, agresores y delincuentes.

Ese es un dato que sin duda debe considerarse al analizar, sin intenciones aviesas, las cifras sobre la criminalidad que recién conocimos este martes.

En éstas, se ve que 2019 cerró como el año más violento para la entidad, de acuerdo con los archivos históricos desde hace cuatro años.

Los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) describen que:

Se registraron 76 mil 557 carpetas de investigación, en total, en 2019.

Se trata de 15 mil 385 indagatorias más que 2018, que cerró con 61 mil 172 carpetas de investigación.

Los delitos más recurrentes son lesiones, feminicidios, robos y violencia familiar.

Por su número, el delito con mayor incidencia, de acuerdo con las investigaciones abiertas en todo el estado, fue el robo, en todas sus modalidades, con los 35 mil 887 casos, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año pasado.

Siguen violencia familiar (nueve mil 77 registros), lesiones (seis mil 273) y homicidios con mil 663 indagaciones.

Después, violaciones simples y equiparadas (919), abuso (712), acoso (302) y hostigamiento sexual (66).

El narcomenudeoregistró 484 denuncias, secuestro 70, trata de personas 17 y 58 feminicidios, lo que significó el número más alto para este último delito, desde el año 2015.

Así los datos duros.

De ahí que, en cuanto a lo que concierne directamente a la delincuencia, no hay que soslayar la urgente limpia que debe de realizarse en los cuerpos municipales.

Es parte indispensable de la solución.

Urgente.

En Puebla, de los casi 11 mil policías de todas las corporaciones en la entidad, el mayor número de malos elementos está en los cuerpos municipales.

También por dos obviedades: los agentes municipales de los 217 ayuntamientos son más de la mitad del total de efectivos del estado.

Contando a los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, de los Centros de Reinserción Social (Cereso) y de la Fiscalía General del Estado (FGE).

De acuerdo con los datos también del SESNSP.

También porque los municipales son los policías de primer contacto con la población.

Por ello y por su menor capacitación, en la mayoría de los casos, es que también son los más fácilmente infiltrados por el crimen.

En el informe “¿Quién es Quién? Seguridad pública local”, con corte al 30 de noviembre de 2019, se reveló que en Puebla apenas 24.7% de los efectivos ha aprobado los exámenes para certificarse.

Desde la llegada del nuevo gobierno estatal se comenzó a atender ese flanco flaco.

Es parte de la limpia que deberá realizarse.

En todos los 217 municipios.

Es una de las principales y más difíciles tareas que tiene a su encargo el secretario estatal, el vicealmirante Miguel Idelfonso Amézaga Ramírez.

(Quien por cierto salió bien librado en su comparecencia ante el Congreso local este martes, a pesar de los duros cuestionamientos de la oposición).

Él es un hombre con experiencia y con buenas intenciones.

Honesto.

Pero también, por su formación marcial, de mano dura y eficacia.

Ahí está la tarea y uno de los focos más rojos.

Los infiltrados.

Los malos con uniforme.

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