La pandemia por Covid-19 en México está causando no solamente miedo, dolor, incertidumbre  y frustración, está provocando la peor crisis económica nunca antes registrada. Pero no solo es un tema de salud, porque podríamos estar en las mismas circunstancias pero con una estrategia integral que, sumada a la de Salud, tranquilizaría a los mercados, reactivando paulatinamente la economía para salir de esto de la mejor manera posible.

 

Hagamos un recuento, desde el  inicio del confinamiento el pasado 20 de marzo, el presidente pidió a los empresarios su solidaridad, concretamente les solicitó mantener los puestos de trabajo para paliar los efectos de la pandemia así como otras medidas que buscaban apoyar a adultos mayores, mujeres embarazadas y grupos vulnerables (Diabéticos, hipertensos etc.) Desde esas fechas, el mandatario fue enfático al señalar no planeaba condonar impuestos para apoyar a las grandes empresas por los efectos que pudieran tener por esta situación; en ese momento los empresarios manifestaron también que no estaban pidiendo eso, que estaban solicitando tiempo, solo tiempo y una estrategia conjunta que les permitiera no solo solidarizarse, sino  replantear y ajustar el cómo hacer frente a las consecuencias tan dramáticas que estamos teniendo. La comunicación se rompió entre empresarios y presidente.

 

Ya se veía venir.

 

No lo imaginaban siquiera.

 

Han sido semanas de declaraciones, insinuaciones y mensajes encontrados que lo único que han generado es desinformación e incertidumbre.

 

Fue inevitable, la cifra de desempleados alcanza ya los 500 mil y contando,  sin olvidar que al cierre de diciembre de 2019 la cifra de desempleo sin Covid-19 fue de 400 mil. Ya veníamos mal y se puso peor.

 

En días pasados, el sector empresarial hizo un último intento, dicho por ellos mismos, una tercera y última llamada para lograr generar la tan ansiada estrategia conjunta, que ofreciera luz al final del túnel (como dice el mismo presidente) y esperanza de recuperación económica, además de tener con ella la certeza de rumbo en tiempos caóticos. Desafortunadamente la respuesta ha sido negativa, diría yo que hasta con desprecio; el mandatario se ha centrado en hablar de un rescate que NO se está pidiendo, de corrupción que dice él ya no existe, de procesos transparentes con adjudicaciones directas y proveedores que tienen conflicto de interés con aparentes investigaciones de las cuales poco sabemos.

 

Así el panorama:

Incertidumbre generalizada.

Sobre-endeudamiento de muchas familias.

Reducción a cero % en ventas en muchas empresas.

Poco más de 500 mil empleos perdidos.

Pronóstico de reducción del PIB de entre un 6.3  hasta un 13%

Calificadoras internacionales como Moody´s que pronostican una caída del 7% en la economía.

 

Lo que faltaba, el pasado fin de semana en un video, el presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a los mexicanos ahorrar lo mucho o lo poco que se tenga para poder enfrentar la pandemia por Covid-19; muy difícil cuando lo que vemos hasta ahora son pocas estrategias factibles y medibles para todos, limitando los créditos solo para los registrados en su censo del bienestar.  Por cierto, en el video, el presidente señaló que es posiblemente mañana miércoles presente un plan de reactivación económica, social y escolar. Esperamos que sí y no sea demasiado tarde.

 

Porque si con todo esto no se encuentra la manera de apoyar a las empresas y quiebran, no habrá ni empleos ni manera de recuperar o ahorrar  nada para nadie.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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