Las pésimas decisiones de la administración estatal tienen en jaque a Puebla y los poblanos. Como si el acecho de muerte del coronavirus fuera menor. El gobierno expone vidas de enfermos con males crónicos y degenerativos.
Pacientes con diabetes, hipertensión y otros males carecen de medicinas necesarias.
El ISSSTEP, por cambio de dirección, dejó sin medicamentos a los derechohabientes. La razón es que la empresa Darovil SA de CV aún no surte de producto farmacéutico al instituto.
El desabasto de medicamento es alarmante. Y lo peor es que no hay para cuando. Los acuerdos con la nueva empresa están en trámite y hasta que se pongan de acuerdo en los moches se resolverá el grave problema.
Mientras las largas filas en las clínicas de San Baltazar, Tres Cruces y 24 Sur —más de 50 personas, para violar la sana distancia y el quédense en casa—, esperan inútilmente las medicinas por las que les descuentan de sus honorarios.
La complicidad del gobierno, dirección y empresa contratada para engañar a los derechohabientes raya en la desfachatez. Les dan vales para surtir las recetas en farmacias privadas. Lugares donde rechazan los documentos del gobierno, porque exigen efectivo. 
Los daños que causan estas enfermedades son mortales. Y más sin la aplicación de medicamentos.
Sin dieta, activación física y medicina, las consecuencias son irreversibles. Las complicaciones suelen cobrar vidas y en el menor de los casos, afectaciones como mutilaciones de extremidades inferiores e infartos.
Los derechohabientes del ISSSTEP tienen cuatro meses sin medicinas. Los daños que sufran serán responsabilidad del gobierno estatal.
Los afiliados al ISSSTEP por sistema reciben los descuentos directos por nómina. El pago de los servicios es a chaleco. Sin embargo, la dotación de medicamentos es inexistente.
Las vidas de derechohabientes del ISSSTEP peligran.
¿Por qué no se ponen a trabajar?
Con razón el INEGI califica al gobierno poblano entre los más corruptos.
¡Medalla ganada en nueve meses!
Bravo… bravo y bravo.

 

REPORTE DEL INFORMANTE

En la Secretaría de Desarrollo Rural estatal la corrupción, nepotismo y soberbia son los deportes favoritos. La práctica diaria es el claro ejemplo del gobierno que padece Puebla. La titular Ana Laura Altamirano Pérez lo permite y fomenta.
No podía desentonar con el color guinda. Tampoco como morenista quedarse atrás.
Por ello se hace de la vista gorda con las operaciones que en su nombre realiza su secretaria particular, Bertha Isabel Merlín Nájera, en el manejo de las despensas en el Centro Expositor.
Para no desentonar, su sobrino José David González Merlín arma los paquetes para repartirlos entre sus parientes. La maniobra la completa su secretaria Rosa María Reyes Ayala, quien enferma, al parecer de Covid-19, decide a quién entregar el apoyo.
El mensaje para los selectos afortunados es: “Se los manda el gobernador Barbosa”. Antes deben mostrar su credencial de elector para sumarla al padrón del gobierno.
¡Nada más y nada menos!
¿Y los policías? ¡Bien, bien amolados!
¡Ese es el cambio!

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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