Un giro de 360 grados registró la Dirección General del Notariado –antes Dirección General de Archivos y Notarías– en los recientes días. Además del cambio de nombre, será dirigido por una tercia de damas.

Las afortunadas encabezadas por Margarita Mena Carita, como directora general y respaldada por Alejandra Guadalupe San Martín Huerta en la Dirección de Notarías y María de los Ángeles Barranco Palacio en el archivo de notarías, llegaron justo en el momento de cosecha de la flor de la abundancia.

El negocio de las notarías es lo de hoy. Varios fedatarios están en capilla y piden clemencia para seguir operando bajo la promesa de manejarse derechos sin corromperse más. La salvación les costará un ojo de la cara. Algunos ya pagaron por la detención de los folios. Y pagaron bien.

No es novedad ni sorpresa que la mayoría de las notarías se prestan para hacer negocios turbios. El asunto es que ahora tienen marca personal y están vigilados bajo la lupa.

Sometidos prefieren conservar sus notarías y aguantar cinco años vigilados. Como dicen ya vendrán tiempos mejores.

Por lo pronto la tercia de damas incorporadas a la Dirección del Notariado tendrán tiempo suficiente para manejar el negocio en boga. Si bien la mandamás en el papel será Margarita Mena Carita, en la práctica todo pasará por las manos de Alejandra Guadalupe San Martín Huerta.

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