Hace una semana un avión de Air Canada aterrizó de emergencia en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.

La razón: Un llanta del tren de aterrizaje explotó justo antes de despegar y los residuos fueron absorbidos por la turbina izquierda, causándole daños irreversibles que llevaron a que el despegue y el resto del vuelo, se hicieran con un sólo motor.

El despegue es el momento crucial de un vuelo. Es el momento crítico. Prácticamente, a la ecuación de todo lo que pueda pasar mal, hay que agregarle el no menos importante factor de la velocidad a la que despega un Boeing de ese tipo.

Un error insignificante a la hora del despegue puede ser catastrófico.

Para ejemplo de ello, lamentablemente, existen numerosas referncias (véase la “Tragedia del Potomac” o el “Milagro del Hudson”).

Pero los pilotos del vuelo 837 actuaron de la mejor forma. Mantuvieron la calma, completaron el despegue, estabilizaron la nave.

Es totalmente posible volar con un solo motor, pero para controlar situación tal, no hay que perder nunca la calma, tomar con cabeza fría todas las decisiones.

Inmediatamente la tripulación dio aviso a la torre de control del aeropuerto, cuyo controlador aéreo ordenó al piloto mantener cierta altura a una distancia relativamente cercana al aeropuerto. Los sobrecargos hicieron lo suyo, mantuvieron enterados en todo momento a los pasajeros de lo que estaba aconteciendo.

Hay videos del avión cruzando en plena ciudad. Uno en especial es escalofriante, en el que, muy cerca de la Plaza Colón, un motociclista graba el momento en el que prácticamente el avión “roza” los edificios del centro de Madrid.

Pero por más escalofriante que un video pueda ser, ahora sabemos que ni el avión ni sus tripulantes, estuvieron nunca en peligro.

El avión se preparaba para un viaje largo, Madrid-Toronto, por lo que sus alas iban repletas de combustible. Por eso, a la hora de tomar la decisión de regresar a Barajas, los pilotos sabían que debían pasar al menos 4 horas para no arriesgar al ya frágil tren de aterrizaje  y someterlo a un peso, de por sí, mayor.

De pronto hizo aparición un F-18 del Ejercito del Aire. En las grabaciones se nota en todo momento la sincronización y profesionalismo de todos. El caza cumple su misión: le informa al piloto del Boeing cuál es el estado de sus llantas. Le dice, incluso, que sería posible subirlo sin problema. Eso hacen. Al final, el piloto, con la ayuda del caza, concluye que lo único incorrecto con el tren, es una llanta. No habrá problema para aterrizar.

 Lo único ahora es quemar combustible, ya que al ser un avión de 30 años de antigüedad, a diferencia de otros modelos, este no puede tirar la gasolina delberadamente. Por lo que sólo queda volar, volar en círculos.

Finalmente aterrizan, a la expectativa de todos los periodistas y equipos de emergencia que ya se habían congregado en torno a la pista. Sí, el avión forzó su tren de aterrizaje, pero al final, las demás llantas compensaron la falta de una.

Un gran trabajo en equipo. Una excelente toma de decisiones de piloto, ejército y torre de control.

Los pasajeros y el piloto tendrán ahora la mejor anécdota para contar en su bar de confianza.

Ojalá todos los aviones en problemas, tuvieran la misma suerte.

Ahora que es imposible hablar de aviones sin hablar del propio, de México y de todo el affaire en torno a la mentada rifa, no puedo evitar pensar:

Si Andrés Manuel López Obrador hubiera sido el piloto del Boeing de Air Canada que aterrizó de emergencia la semana pasada en Madrid, es muy posible que, después de que una rueda le estallara y sabiendo que había perdido el motor izquierdo, hubiese seguido su trayecto programado de 8 horas al aeropuerto de Toronto, como si nada. Le hubiera dicho a la torre de control que él tenía otros datos.

Después de aterrizar, soltaría una frase así como “el orgullo ha triunfado nuevamente”, o algo así.

¿Quién me ha hecho tanto daño? ¿Por qué demonios me imagino a AMLO al frente de un avión?

 

Nos leemos pronto.

PS

 

El viernes: “ramo de tacos al pastor”. De nada.

¿Todavía existe Señor Frog’s?, ¿o la playera que me regalaron de mi santo fue roperazo?

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