La senadora Blanca Alcalá Ruiz va arriba de los otros aspirantes de su partido en las encuestas serias.. Lleva varios años punteando en los estudios demoscópicos. Es, además, quien menos puntos negativos tiene. En esta entrevista con 24 Horas Puebla, Blanca Alcalá admite que aspira a la mingubernatura –pese a que no le gusta que el periodo sea tan breve–, pero que no está obsesionada con el tema. Tiene otra convicción: la gente no quiere políticos que hagan de la arena pública un ring de descalificaciones. Interrogada sobre el gobernador Moreno Valle, dice que su obra pública es importante y que carece de información para juzgar el rubro de la inseguridad. Al alcalde Tony Gali, probable adversario suyo si los astros se acomodan, lo llama “camarada”. No es mi amigo, acota. Finalmente insiste en que no cambiará ese discurso civilizado que algunos compañeros suyos le critican
Por Mario Alberto Mejía
—¿Cómo ves al PRI en Puebla rumbo al 2016?
—Veo a un PRI maduro y experimentado en cuanto a tener el sabor de la reciente victoria, pero también con los estragos de no lograr un objetivo. Existe el ánimo para competir en los próximos procesos, disciplinarse y “hacer la tarea” para conseguir alguno de estos triunfos.
—¿El trauma de haber perdido en 2010 la gubernatura dejó heridas abiertas, vivas, entre los priistas?
—Esto que antes pudo verse como un “trauma” debe ser parte de la normalidad democrática que existe en el país.
—¿De veras hay unidad entre los priistas poblanos?
—Existe unidad en el marco más amplio de lo que es el partido. La gran fortaleza del PRI ha sido reconocer perfiles distintos y problemáticas. En el PRI hay madurez y unidad.
—Vamos hacia un proceso inédito, una vez que el próximo gobernador (la próxima gobernadora) sólo estará en Casa Puebla un año, 10 meses, 16 días. Siempre has estado en contra de que ese periodo sea tan corto.
—En esa parte siempre he sido muy clara: en periodos tan breves, los que han salido más perjudicados son los ciudadanos. Primero: lo que implican dos elecciones en un periodo tan corto. Segundo: porque hoy más que nunca se valora qué políticas públicas de largo alcance puedan madurarse para obtener resultados. Lo que me parece paradójico es que mientras estamos empujando que se dé la reelección de los alcaldes, en el caso de Puebla no hayamos generado un mandato que permita la concurrencia para evitar el cansancio, el hartazgo por elecciones recurrentes.
—Tu nombre genera mucho nerviosismo entre algunos de tus compañeros. ¿Por qué Blanca Alcalá pone nervioso a tanto
político?
—La verdad, lo desconozco (risas). ¡Como mujer te diría que eso me halaga!, pero como política creo que es el resultado de la participación en diversas responsabilidades de las que me siento orgullosa.
Hasta hoy soy la única presidenta municipal, la única secretaria de Finanzas, la única delegada de Banobras, la única senadora que gana su elección… Y eso, quizá, a veces es lo que genera ese tipo de inquietudes.
—Tu agenda como presidenta del Parlatino está llena de viajes. También tu agenda como presidenta de la Comisión de Cultura del Senado. Sin embargo, te hemos visto mucho en Puebla recientemente. Apareces en todo tipo de actividades.
—Mi presencia en el interior del estado siempre se ha mantenido constante. Quizá en los años anteriores no se me daba tanto seguimiento o las redes sociales potencian más tu actividad (risas).
—¿Te ha pasado por la cabeza ser la candidata del PRI a la minigubernatura?
—Por la cabeza de todos los que hacemos política siempre está la posibilidad de participar. En mi caso, siempre he señalado que todo cargo de elección popular debe ser resultado, primero, de una aspiración y, segundo, de ninguna manera de una obsesión. En definitiva, uno debe estar preparado para entrar a un proceso electoral de manera sólida, con estrategias sólidas para dirigir un estado tan importante como Puebla. Eso es algo que siempre busco con todas mis responsabilidades.
—¿Qué piensas cuando lees en algunas columnas periodísticas que serás la candidata y que no habrá vuelta de hoja?
—Bueno, siempre es muy grato saberlo. Pero también quisiera hablarles para preguntarles cuál es la bolita mágica donde lo vieron para que me la presten por algunos momentos (risas).
—Hay quienes te quieren descalificar porque eres “demasiado civilizada” en tu discurso político…
—Creo que la gente está cansada de que los políticos hagan de la esfera pública un ring de descalificaciones, incluso de malas palabras, de pleitos que trascienden esta esfera.
La gente quiere que le expliques cómo habrá más médicos en los hospitales y cómo lograrás que aterricen nuevas inversiones que generen nuevos empleos para los jóvenes que estudian. Lo que hago yo es elegir lo que es mejor tanto para mí como para los ciudadanos.
¿Para qué invertir el tiempo en criticar, cuando ese tiempo lo puedes elegir en aprender, en decidir, en evaluar, en contactar, en hacer cosas? Ese es mi estilo y en eso estoy convencida.
—Nunca te he escuchado descalificar a nadie, hablar mal de nadie.
—Creo que siempre será bueno hacer un trabajo con una evaluación sensata, que es lo que hago en la Cámara con mis compañeros de la oposición, pero no necesariamente una “guerra sucia” con la idea de ganar las ocho columnas.
—Hay quienes ven Puebla en 2016 de dos maneras: como la guerra del fin del mundo y como una elección negociada entre los altos poderes.
—Creo que va a ser como todos los procesos electorales: un proceso competido. Para mí deben estar superados, y ojalá que para todos, estos conceptos de “negociado” y “pactado” porque no puedes pactar ni negociar con la voluntad de los ciudadanos.
—El caso Colima nos ha dado una lectura que no veíamos desde el salinismo: todo es negociable. Aunque también vemos que es viable anular una elección cuando se comprueba que hay desvío de recursos. ¿Estará presente el “fantasma” del caso Colima en la elección de 2016 en Puebla?
—Creo que estarán presentes las nuevas reglas electorales que los legisladores hemos aprobado. Esas son las cosas que realmente deben estar presentes: el rigor, mayor transparencia, estar apegados a derecho tanto uno (el ciudadano) como todas las autoridades involucradas en el proceso.
—¿Qué evaluación haces del gobierno de Rafael Moreno Valle?
—Creo que el gobernador ha hecho cosas sumamente importantes que se ven sobre todo en los temas de obra pública. Los ciudadanos lo han evaluado y a ellos les toca emitir su opinión.
Hay espacios que será necesario revisar con cuidado. Me preocupan cosas, como hemos visto, en materia de seguridad, pero de eso no tengo toda la información al alcance para emitir un juicio de opinión.
—Si los astros se acomodan, podrías ser la candidata del PRI y enfrentarte a Tony Gali, del PAN, con quien guardas una relación de muchos años, ¿no? Incluso estudiaron juntos…
—Fuimos a la misma universidad, en generaciones distintas. Mantengo una relación de camaradería (con Tony Gali): no somos amigos, pero somos camaradas. Y con él, como con cualquier otra persona que sea el adversario (si acaso fuera la candidata), debemos sopesar esas reglas no escritas que hablan del respeto a la integridad de las personas, de las familias y a la posibilidad de que contrastemos las propuestas de qué vemos y cómo enfrentaremos los problemas o desafíos de Puebla en los años por venir.
—¿Qué piensas de Mario Marín?
—Fue un hombre que al final es el ejemplo de la movilidad en este país. Es un hombre que viene de la cultura del esfuerzo y que logró tener contacto con grandes sectores de la población.
—Melquiades Morales.
—De manera similar. Es el ejemplo de la perseverancia de muchos de los sectores de México. Además, aún conserva ese contacto con enormes sectores de Puebla.
—Manuel Bartlett.
—Un hombre firme en sus decisiones y convicciones.
—Si no te vemos en el 16, ¿te veremos en el 18?
—Yo tengo la convicción, si me lo permiten los poblanos, de aportar mi granito de arena todavía en los casos de Puebla y mi país.
—¿El PRI ganará las elecciones en Puebla?
—El PRI tendrá que prepararse para competir y obtener un buen resultado.