Probablemente pocos pensaron, a mediados de 2004, que la contienda presidencial de 2006 se resolvería como finalmente ocurrió.

El 29 de mayo de aquel año, el entonces secretario de Energía, Felipe Calderón, fue protagonista de un acto de apoyo a su candidatura, en el rancho La Palma, en Jalisco, propiedad del político panista Abraham González.

Pese a que el entonces presidente Vicente Fox había dicho, meses antes, que no metería a quienes aspiraban a sucederlo bajo una mesa para que allí se agarraran a patadas, el acto a favor de Calderón fue suficiente para despedirlo.

A partir de entonces, Calderón debió correr en la pista de la carrera presidencial sin los faros que alumbran a los miembros del gabinete.

Era amplio favorito para quedarse con la candidatura del PAN el entonces secretario de Gobernación, Santiago Creel.

No sólo gozaba del favor presidencial sino que hasta el principal rival que enfrentaría el PAN en 2006, Andrés Manuel López Obrador, juraba que Creel sería su contrincante.

El 7 de abril de 2005, el todavía jefe de Gobierno del Distrito Federal habló en la Cámara de Diputados para defenderse del proceso de desafuero que se había abierto en su contra por desacatar la orden de un juez de suspender obras en el predio El Encino.

“Desde esta tribuna –afirmó López Obrador–, acuso al ciudadano Presidente de la República, Vicente Fox Quesada, de estos procedimientos deshonrosos para nuestra incipiente democracia”.

Luego se comparó con Madero, a quien la Cámara de Diputados “cometió la indignidad de desaforar” y, así, “prestarse a la farsa de legalizar” el nombramiento de Pedro Lascuráin como Presidente.

Sin venir mucho al caso, López Obrador dirigió después sus dardos contra Creel.

“Un dato más para comprender la historia, que es la maestra de la vida y que no se tome como un insulto, porque la verdad no es injuria: el bisabuelo de Santiago Creel, Enrique Creel, fue ministro de Relaciones de Porfirio Díaz y su abuelo, Luis R. Creel, fue huertista y participó en la Decena Trágica”.

El párrafo no fue gratuito. AMLO, como muchos mexicanos, pensaba que el candidato del PAN y su futuro rival sería Creel, y tenía que aprovechar esa presencia en San Lázaro para enlodarlo.

¿Pero qué pasó? Que Calderón derrotó a Creel y luego a López Obrador. El primero era, como digo, el favorito para quedarse con la candidatura panista y, el segundo, para convertirse en Presidente, en vista de la popularidad que le dio el juicio de desafuero.

La sucesión presidencial no es un proceso lineal ni lógico. No lo ha sido en el pasado ni tiene por qué serlo ahora.

Hoy estamos más o menos a la misma altura del sexenio de Fox de lo que estamos hoy del de Enrique Peña Nieto. En aquel 2004 estábamos todos más o menos seguros de que pasaría algo que no pasó.

Son más bien pocas las sucesiones presidenciales que se resuelven sin sorpresa. Quizá la única que no existía antes del año 2000 era que el candidato del PRI ganaría la elección presidencial. Hoy, ni eso.

De hecho, fuera de la sucesión presidencial de 1969-1970, que fue dominada de cabo a rabo por Gustavo Díaz Ordaz, en las demás ha habido un grado mayor o menor de incertidumbre.

Hoy las encuestas muestran una tendencia de que Andrés Manuel López Obrador, Miguel Ángel Mancera, Miguel Ángel Osorio Chong y Margarita Zavala –en orden alfabético– sean los principales candidatos en la boleta de 2018.

Es todo lo que sabemos. De aquí a dos años pueden venir muchos imponderables.

 

Apunte al margen

Ya nos hackearon, no nos volverán a hackear. La defensa de Dante Delgado, líder de Movimiento Ciudadano (MC), sobre la presencia en la nube de Amazon de la copia del padrón electoral del partido tiene demasiados puntos endebles. ¿Fue informado el INE de que MC había confiado a un tercero (Amazon Web Services), a través de un cuarto (el proveedor Indatcom), el resguardo de la información personal de 87 millones de mexicanos? ¿MC hará públicas todas las bitácoras de acceso al padrón (fecha, hora, motivo, lugar)? ¿Usó Indatcom la tecnología de seguridad de Amazon o de casualidad utilizó uno de fábrica –como MongoDB–, instalándolo en los servidores de Amazon? Porque si los hackers pudieron vulnerar los sistemas de Amazon, no es sólo el padrón electoral mexicano el que está en riesgo sino la información de muchos gobiernos. Si se usó un software menos seguro, podríamos estar ante un acto de irresponsabilidad, o algo peor.

 

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