Pobreza, violencia y reunificación familiar orillan a menores de edad a cruzar la frontera sin compañía, revela estudio sobre migración
Por Mario Galeana
Pobreza, violencia o la búsqueda de un familiar en tierra estadunidense. Alguno de estos tres factores llevó, de acuerdo con el Instituto para las Mujeres en la Migración AC (Imumi), durante los dos primeros meses de este año, a 45 niños y adolescentes poblanos a recorrer solos el país y cruzar la frontera con Estados Unidos, hasta que las autoridades migratorias los devolvieron a México.
En enero y febrero de este año, una niña de 11 años y 44 adolescentes de entre 12 y 17 años –cuatro de ellas mujeres– fueron repatriados, sin compañía alguna, por las autoridades estadunidenses, de acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación (Segob) federal.
Para el Imumi, la pobreza, violencia y reunificación familiar orillan a los menores a cruzar la frontera. Pero estos factores no son exclusivos de la entidad poblana.
Según los registros del Instituto Nacional de Migración (INM), las autoridades federales han detenido en Puebla a otros 47 niños y adolescentes centroamericanos que viajaban sin compañía.
En el primer bimestre del año, 19 adolescentes salvadoreños, 22 guatemaltecos y 3 hondureños de entre 12 a 17 años pasaron la noche en la estación del INM de Puebla.
Otros dos niños guatemaltecos y un hondureño más, todos con menos de 11 años, fueron detenidos en la entidad durante su paso solitario.
Las autoridades migratorias detectan a los menores tras realizar revisiones en vías ferroviarias y puestos móviles en carreteras, indica el Imumi.
La Ley de Migración obliga al INM a trasladar a los niños y niñas a las instalaciones del DIF. No obstante, si los menores superan los 12 años de edad, las autoridades federales los llevan hasta las estaciones migratorias.
En estos recintos, los migrantes reciben un trato semejante al que se adopta ante criminales, dado que las instalaciones “son de acceso restringido y muy poco ventiladas”, refiere el informe Derechos Cautivos, elaborado por cinco institutos de derechos humanos y presentado en septiembre pasado.
En la estación, los custodios ejercen “fuertes llamados de atención y órdenes, que son reflejo de abuso de poder”, indica el estudio.