Los hacedores de encuestas –los serios, los que no venden los resultados– tienen un enemigo feroz que por el hecho de contratarlos creen que pueden manipular los datos a su antojo: el candidato o el partido político.
Un experto muy respetable en el tema de la encuestas es Edmundo Berumen, presidente del Consejo de Berumen y Asociados, y colaborador de El Arca de Maquiavelo (blog de Argumentos y Datos que coordina José Ramón López Rubí y que se publica en 24 Horas Puebla).
En su más reciente artículo, Berumen nos recuerda, a propósito de las elecciones que vienen, algunos de los problemas a los que se tienen que enfrentar los encuestadores.
Los fragmentos aquí seleccionados no tienen pierde:
“Las encuestas se realizan por una o varias casas encuestadoras, los resultados se entregan a cada ‘cliente interno’, que a veces los comparte con satélites del candidato y otras no.
Nunca falta quien ‘filtre’ el resultado de la pregunta menos relevante, la de ‘carrera de caballos’, quién va de líder y quiénes atrás, según sus intereses; los menos avezados, por dolo o para ‘adornar’, cometen errores garrafales que luego toca a la casa encuestadora (última en enterarse) tanto desmentir (así sea su cliente y dueño de los datos) como hacer públicos los resultados efectivamente entregados.
“No hay candidato–partido inmune a nada de lo anterior, y el ‘villano favorito’ en la contienda suele ser el último eslabón: las casas encuestadoras. Vienen entonces los reclamos internos y externos, y los medios (varios ya en el rol de encuestadoras) se regodean y hacen famosas las llamadas ‘guerras de encuestas’.
“Si no bastara el sainete que se da de manera natural y espontánea alrededor de cada candidato–partido, la sal y pimienta la agregamos quienes nos dedicamos a levantar las encuestas, pues si bien las metodologías y procesos para diseñar y ejecutar buenas encuestas es un problema resuelto, por premuras y ‘pichicateo’ de recursos dejamos de lado pasos cruciales para reducir otros riesgos y asegurar la calidad en el diseño y ejecución de una buena encuesta.
“(…) Para colmo, justo en una contienda electoral, el diseño más eficiente para dar seguimiento a la evolución del candidato–partido, la encuesta panel, rara vez se usa porque resulta cara al requerir que se localice al mismo informante para volver a entrevistarlo y el cliente no está dispuesto a pagar por ello. Y no vale la pena volver a medir, ya sea en la encuesta panel o las independientes, si no ha habido reacción y acciones correspondientes para cambiar los indicadores prioritarios de la medición anterior. No obstante, las piden por el solo hecho de que ‘alguno de los adversarios’ publicó algo, motivo sin peso a menos de que se trate de un ataque directo con el soporte de datos de alguna encuesta. A veces sólo hay simples baladronadas que buscan generar ruido negativo hacia el candidato o partido opositor.
“(…) Y así llegamos, finalmente, al día de la jornada electoral, donde se requieren ‘encuestas de salida’ (ES) y ‘conteos rápidos’ (CR). Los resultados de las ES son indispensables para mover y ‘sacar a votar’ a los simpatizantes del candidato-partido; o para todo lo contrario con los simpatizantes de los otros candidatos-partidos que se estiman cercanos.
“Los CR no son encuestas pero sí ejercicios estadísticos que estiman el resultado de la elección, sustentados en algún diseño probabilístico que permite hacerlo de manera global o con desagregaciones relevantes. No son ningún reto técnico, pero sí acarrean varios retos operativos durante la jornada electoral, retos que toda buena casa encuestadora conoce y para los que debe tener previstas soluciones.
“Tanto la ejecución de las ES como de los CR son horas y minutos de mucha presión por parte de los candidatos y sus partidos, quienes desean un flujo constante del ‘cómo va’ la elección (posible con las herramientas tecnológicas disponibles hoy en día, y por supuesto un buen diseño y su prueba previa a la jornada electoral). Está en el profesionalismo de cada casa encuestadora el no ceder a la presión de dar datos sin sustento, con todas las advertencias al cliente sobre si logran o no identificar al candidato-partido ganador.
“Muchas veces, los problemas sobre las encuestas no son técnicos, son políticos.
“Todas estas cosas se le olvidan a unos cuantos y otros no las conocen, así que no va de más recordarlas. Por eso hago aquí estos recordatorios básicos”.
Si el hipócrita lector quiere leer el artículo completo busque El Arca de Maquiavelo en la página web de 24 Horas Puebla.