La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Los priistas no descansan.

Todos los días trabajan en uno de sus objetivos centrales, que no es, precisamente, ganar la elección poblana.

Están seguros que acumulando prueba tras prueba –denuncia tras denuncia– lograrán, sí, anular los comicios.

Extraña conducta para quienes juran que van muy bien en las encuestas serias –que nadie ha visto–, para quienes vociferan que los panistas están nerviosos, para quienes insisten que Don Beltrone está comprometido con la campaña.

(Una sola vez vino y quedó tan desolado que decidió no regresar).

Los expertos electorales del partidazo estudian noche y día la forma de nulidad a la que recurrirán en los tribunales.

Y cada vez que pueden, ponen el ejemplo de Colima, donde en los últimos minutos el PAN tiró la elección que no pudo ganar.

Pésimo ejemplo para el Club de los Optimistas.

Pésimo mensaje para sus Niños Cantores.

Pésima estrategia para el Discurso del Triunfo.

El técnico del Zacatepec, en los años setenta, siempre apostó a no irse a la segunda división.

Cuando veía el partido final absolutamente perdido les ordenaba a sus jugadores que armaran una gresca en aras de que se suspendiera el juego.

Tres veces lo logró, pero inevitablemente aquel equipo terminó yéndose a la segunda hasta que desapareció en la nave de los locos.

En algo se parece el futbol a la política electoral.

Ufff.

 

Marín y la Operación Pozole

En una fecha próxima quien esto escribe documentará la operación que hace Mario Marín Torres a favor de Blanca Alcalá Ruiz.

Todo su genio puesto al servicio de la candidata.

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