La independiente olvidó el discurso con el que buscó la gubernatura en 1998, sus enemigos y hasta ataca al partido que la vio nacer
Por Serafín Castro
Al paso de 17 años, Ana Teresa Aranda Orozco cambió su discurso, sus fobias y sus filias.
Mientras que en 1998, cuando fue candidata por vez primera al gobierno del estado con el respaldo del PAN, lanzó severas críticas al PRI, ayer, durante su campaña de arranque como independiente, ni se acordó del tricolor.
Ahora su discurso se centra en la crítica hacia el gobernador Rafael Moreno Valle y José Antonio Gali Fayad, el candidato de la coalición Sigamos Adelante.
Su misión ha cambiado. El PRI más que su oposición parece ser su aliado, y el partido que le abrió las puertas –y al que abandonó en diciembre del año pasado– es su principal opositor.
Ana Teresa fue denunciada en el 2010 por el panista Carlos Ibáñez, quien señaló que él mismo fue testigo de cómo ella recibió de gente del exgobernador Mario Marín una maleta con dinero para poder operar y arrebatarle al hoy gobernador la candidatura del PAN. No lo logró.
Hoy, por segunda ocasión Ana Teresa busca la gubernatura de Puebla. En 1998, derrotada por el priista Melquiades Morales Flores, en ese entonces al PRI, su férreo opositor, le criticó la falta de crecimiento del estado y los malos manejos de los recursos públicos.
Ana Teresa también es acusada de haber mentido al que fue su partido, a su dirigencia nacional, a la estatal y a los militantes del PAN, pues para poder ser aspirante dijo que había renunciado a las filas del instituto desde abril de 2015, aunque los documentos señalan que fue hasta diciembre del mismo año.
Y pese a que Ana Teresa declaró que en abril había renunciado a la militancia del albiazul por “tener dueño”, en junio todavía estaba buscando ser integrante del Comité Ejecutivo Nacional.
Con retraso y anomalías
La única candidata independiente al gobierno de Puebla llegó a la contienda 15 días después de que iniciaron las campañas y con una serie de denuncias a cuestas.
Mientras que en 1998, Ana Teresa Aranda acusó las anomalías del PRI, ahora ella es quien enfrenta una denuncia ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) por falsificar firmas de apoyo; también es acusada de comprar en el mercado negro copias de credenciales de elector para lograr reunir las 127 mil necesarias.
A diferencia de 1998, esta vez no sólo fue en su discurso cuando olvidó mencionar al PRI; en entrevista con la prensa también evadió pronunciarse sobre el partido y su candidata Blanca Alcalá:
—Ya dijo qué es lo que piensa de Tony Gali y del gobernador, ¿pero qué opina de Blanca y del PRI?
—Los que pagan las encuestas son los que ganan. Nosotros no vamos a hacer encuestas…
—Hay quienes señalan que estás siendo financiada por el PRI…
—Lo han dicho desde hace mucho tiempo. Lo oímos desde que Rafael Moreno Valle era candidato (a gobernador en el 2010)… nunca han podido probar nada.