Una Novelita por entregas

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

CXLVIII

(Pájaros en el Alambre en la 43, circa 2003)

Fito Karam empezó a grabar al senador Germán Fierro todos los días. Desconfiado por naturaleza, éste sólo hablaba cosas importantes a través del teléfono de su oficina de la 43. Por celular no decía nada. Una feria de monosílabos y bisílabos era la que salía de su boca. Sí, no, ajá, okei. Le gustaba cruzar fichas con Ernesto Eguren porque las conversaciones con él tenían los mejores ingredientes: información, ironía, sarcasmo, frases rápidas.

—¿Cómo está el mejor senador de México? ––dijo una mañana Eguren desde su oficina del Palacio de Gobierno.

—Bien, mi querido Ernesto. Un poco  desorientado por la excesiva promoción de los doctores  —respondió Germán Fierro desde su oficina de la 43.

—Yo ya veo al gobernador encabronado, ¿eh? Muy irritado por tanta promoción. Hasta en los pinches árboles está el retrato del diputado.

—Y por el otro lado el cabrón de Torrín moviéndose en todo el estado con los borrachos de sus compadres.

—¡Son bien pedotes El Vale y El Pepón! ¡Pinches briagos! ¡Eso sí: no pasan del Magno y del Bacardí los muertos de hambre!

—¿Cómo ves si empiezo a organizarme algunas giras?

—¿Ya te dijo algo mi gobernador?

—No. Siempre que lo veo me dice que vamos poca madre y que no me vaya a mover.

—El otro día le comenté tu asunto. Le dije: “Oiga, señor gobernador, ¿qué va a pasar con nuestro amigo Germán?”.

—Ajá.

—“Germán es un político profesional”, me dijo. “Es un hombre de Estado que sabe que el que se mueve no sale en la foto”.

—Ajá.

—Ya se iba con el pendejete del Compadre Cortina y se volteó y me dijo: “Pídale a nuestro amigo que no coma ansias. Que se acuerde que los tiempos siempre llegan”.

—Pues sí, pero estos hijos de la chingada ya van muy arriba en las encuestas.

—Pero cuando venga el destape todos se van a tener que alinear. ¿O tú le crees al ratero de Torrín cuando dice que se va a ir al PRD si no sale de candidato?

—¡Me queda claro que no! Pues ni modo: hay que esperar.

En otra grabación, hecha en agosto de 2003, el senador Fierro le marcó a Eguren muy temprano a su celular.

—¿Dónde andas, Ernesto?

—Sorprendido de tus declaraciones, mi señor. El Serrat Poblano las venía comentando. Fueron una bomba. ¿ya te habló el gobernador?

—No me ha hablado y espero que no lo haga. Te cuento cómo ocurrió todo. Iba yo saliendo del PRI municipal con El Cuate Menéndez y de pronto que se me acercan tres reporteros. Primero me preguntaron sobre las autopromociones de Torrín y Moheno Vale. Les dije que no tenía opinión, pero que las carreras de obstáculos no se ganan saltando más alto, sino con mejor estilo. En eso, uno de los reporteros me preguntó por el hoyo financiero dejado por Moheno Vale. Primero procuré ser muy cauto. Me salí por peteneras. Pero un reportero de El Intolerante me insistió y me picó las costillas. Y chingue su madre: que me suelto hablando pestes sobre los doctores y exigiéndole al gobernador que abra una investigación sobre esa mamada.

—¡Te dieron la nota de ocho, señor senador!

—Eso vi. ¿Y qué dijo El Serrat Poblano de mis declaraciones?

—Que era muy grave tu dicho.

—¿Crees que se enoje el gobernador?

—Yo esperaría que no, señor. Los que salieron con la espada desenvainada fueron Moheno Vale y Mandarilla.

—¿Ah sí? ¿Qué dijeron?

—Que eres un senador desinformado y que mejor te metas en lo que conoces bien: los asuntos del campo.

Al día siguiente, Fierro le marcó a Eguren otra vez muy temprano.

—Este desmadre ya se calentó mucho. Me han buscado de todos los medios. Yo quiero dar este caso por cerrado. ¡Que chinguen a su madre! El gobernador me invitó a la inauguración del Centro Escolar “Othoniel Fraudlett”, pero si voy ahí va a haber prensa y la madre.

—¿Qué opina, mi señor, de las nuevas declaraciones de los doctores?

—Pues que hay una desesperación terrible de estos cabrones de Moheno Valle y Mandarilla.

—Si mi senador me permite una sugerencia, yo diría que fueras a la inauguración del centro escolar y que les digas a los reporteros: “Ya dije lo que tenía que decir y estoy trabajando en otros temas como senador de la República y con la lealtad al gobernador”. ¡Chinguen a su madre! ¡Y ya váyanse a la chingada estos pendejos! ¿No, cabrón?

—Si piensan con la cabeza en Nueva York, pues piensan mal, ¿no?

(Continuará)…

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