Convocada para elegir a tres consejeros honoríficos de la Comisión de Derechos Humanos de Distrito Federal, la Asamblea Legislativa de esta capital encargó a su Comisión de Derechos Humanos el análisis de diferentes perfiles con ese fin.

Fueron 14 los entrevistados por el órgano que encabeza Luciano Jimeno Huanosta, único diputado del Partido Humanista en la ALDF.

Con base en ese examen, el legislador elaboró un dictamen que incluía a Tania Espinosa Sánchez, Ileana Hidalgo Rioja y Salomón Achar Achar.

Este último, empresario y presidente de la Comunidad Judía, fue retirado de la lista mediante otro dictamen –apoyado por el PAN, el PRD y el PRI– y sustituido por Juan Luis Gómez Jardón.

El hecho probablemente habría pasado inadvertido de no haber sido reporteado por Gerardo Jiménez, reportero de Excélsior.

Entrevistado por Jiménez, el diputado Jimeno Huanosta dio cuenta de las razones por las que la lista original de consejeros fue modificada.

Primero, la irrefrenable tendencia de los partidos de imponer cuotas en todos los organismos, incluso los de carácter honorífico.

Gómez Jardón era la propuesta del PRI, que había quedado en desventaja frente al PAN y al PRD, que sí tendrían representante en el Consejo.

La nueva lista habría sido consensuada por los diputados Jorge Romero (PAN), Leonel Luna (PRD) y Mariana Moguel (PRI), quienes le hicieron saber a Jimeno Huanosta que como él no representa a un partido con registro y es el único diputado del PH, no tenía derecho de propuesta.

Pero peores que eso fueron las formas en que, todo indica, se sacó a Achar Achar de la lista.

De acuerdo con distintas versiones, esto se hizo luego de que el diputado Jorge Romero –exdelegado en Benito Juárez y mandamás del PAN en la Ciudad de México– preguntó durante una reunión de diputados quién había incluido a ese “pinche judío” en la lista de consejeros.

En entrevista con Gerardo Jiménez, Jimeno Huanosta admitió que hubo expresiones antisemitas en la reunión.

Ayer, en la radio, pregunté al legislador si se usó el calificativo de “pinche judío”.

—En reuniones formales de la Comisión, no –me respondió–.

—¿Y en reuniones informales, sí?

—No quisiera meterme en temas tan escabrosos.

Repliqué que si no le constaba que se hubiese usado esa expresión, si él no la escuchó, bastaría con que me lo dijera. No lo hizo.

Minutos más tarde, la Comunidad Judía emitió un comunicado en el que condenó enérgicamente “las expresiones antisemitas vertidas por el diputado Jorge Romero durante el proceso de análisis y ratificación de un integrante de la Comunidad Judía como consejero honorífico de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México”.

He escuchado desde hace años que Romero pertenece a una organización neonazi y practica diversas formas de discriminación, no sólo contra judíos sino también contra homosexuales.

La verdad nunca había querido creer que alguien que llegó a gobernar la delegación donde vivo pudiera ser un racista. Me habían parecido chismes sin fundamento. Hoy ya no lo sé.

¿Qué procede? Para quedarnos tranquilos, que Romero niegue haber dicho lo que le achacan. Ojalá que su aclaración no choque con testigos ni grabaciones de las reuniones formales o informales de la Comisión de Derechos Humanos de la ALDF.

Si no puede negar que lo dijo, Romero debe pedir licencia, pues sería incongruente que el órgano legislativo de una ciudad que se asume “de libertades” tenga como uno de sus miembros más importantes a un antisemita.

En ese caso, tampoco deberían permanecer en sus cargos quienes, sabiendo las razones por las que Achar fue sacado de la lista, hayan consentido la elaboración de un nuevo dictamen.

No menos drástica tendría que ser la reacción del PAN, el partido de Romero, que, de entrada, debería decir con claridad que no acepta a antisemitas u otros discriminadores en sus filas.

Todas las formas de discriminación deben ser señaladas y condenadas, pero el antisemitismo es una expresión de racismo agravada por la locura del Holocausto.

La exclusión de Achar levanta sospechas de que estamos ante un acto de discriminación. Deseo que esto no se confirme.

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