Recuerdo cuando tuve mi primer trabajo, era muy chico tenía entre once y doce años de edad, era tiempo de vacaciones en la primaria y quise experimentar que se sentía trabajar y ganar unos pesos, le propuse a mi tío quien tenía varias imprentas en la ciudad apoyarle en labores de mensajería y compra de papelería, aceptó mi propuesta con una negociación de sueldo semanal que ahora que lo reflexiono creo que le convenía más a el que a mi, pero en ese entonces no me importaba mucho aquello del salario mínimo y temas laborales, yo quería trabajar. En un par de minutos yo tenía en mis manos una nota de compra de papelería que debía recoger con un proveedor y mi “diablito”, que es un tipo de estructura tubular vertical de acero con dos llantas macizas para apilar cajas o cualquier material que se quiera transportar. ¡Tenía mi primer empleo!
Al paso de un par de semanas ya sabía lo que era ganarse unos pesos semanales, vaya que era agotador, cargar y descargar, caminar, entregar, repartir, de aquí para allá, y a medio día era de ley echar unos volados para ver quien disparaba la botana, que hoy se le llamaría colación antes de la comida y si perdia pues al final de la semana se veía reflejado en mi pago y decidí dejar los volados. Ese pasado me dejó ver el esfuerzo que conlleva ganarse el dinero, posterior a ello a través de los diversos empleos en diferentes giros comerciales y de gobierno aprendí las buenas prácticas que llevan al éxito y las que llevan al fracaso, decidí por las buenas prácticas y en su momento implementarlas en el proyecto personal que se fraguaba en mi mente y que hoy es una realidad, la agencia de mercadotecnia y desarrollo de marcas que actualmente dirijo y desde la oficina que hoy escribo.
Los tiempos han cambiado y pienso si las nuevas generaciones en su incursión al ámbito laboral han revolucionado o evolucionado la dinámica de trabajo, no es lo mismo imponer nuevas reglas solo por formar parte de una nueva generación (revolucionar) que continuar con las reglas que se han heredado hasta hace unas generaciones atrás y afinarlas con el potencial de los jóvenes de hoy (evolucionar)ó ¿Será que la tecnología es la que ha venido a reformar la dinámica laboral actual? En cualquiera de los casos ¿Estamos preparados o siendo capacitados para estas nuevas formas de pensar, funcionar y emprender? O simplemente estamos siendo espectadores de los cambios generacionales? Me llama mucho la atención como la puntualidad parece ser cosa del pasado o la formalidad en un trabajo, no quiere decir que deba ser aburrido creo que en Google una de las empresas más revolucionarias en el tema laboral, hay formalidad y creatividad, pero hoy hay casos como la de los practicantes o recién egresados de universidades que al llegar a solicitar un lugar para sus prácticas creen que lo saben todo y que son expertos cuando aun ni siquiera han tenido su primer empleo? ¿Viven en la realidad o en su realidad? No estoy en contra de la evolución, sino de una revolución sin causa más que la personal, no considero a las nuevas generaciones faltos de entendimiento o educación, pero si considero que la tecnología les ha puesto los pies sobre una plataforma que no precisamente es la realidad. Tarde o temprano necesitarán recurrir a la historia, regresar para avanzar, de lo contario estamos condenados a una confusión de lo que realmente es y existe contra lo que solo se ve a través de la pantalla de los dispositivos.
En la actualidad somos etiquetados por grupos generacionales; la generación “X”, “Z”, Alpha, Baby Boomers, generación “Y” o Millennials cada generación cuenta con sus propias fortalezas el gran reto es conjugarlas y sacar lo mejor de cada una de ellas para trabajar sobre una misma visión y objetivos, hay mucho que aprender entre las generaciones, espero algún día logremos alcanzar a entender la siguiente generación antes de que una nueva surja y esto se convierta en la carrera de la rata que corre y corre sobre la rueda sin lograr alcanzar su objetivo nunca.
Por cierto pertenezco a la generación “X” nacido en 1980 definitivamente una gran generación.