Pedalada, en el argot futbolístico brasileño es lo mismo que bicicleta en el de México y otros países hispanohablantes.
Se trata de una jugada de dribbling en la que un jugador levanta exageradamente las rodillas y gira las piernas alrededor del balón para confundir al adversario.
Una versión es que la bicicleta fue inventada por el gran mediocampista chileno Augusto Arenas, en los años 50. El Pelusa, como se conoce a Arenas, adaptó sus dotes de bailarín de mambo al manejo de la pelota para desarrollar esta finta.
En suma, una bicicleta o pedalada es un engaño. En el futbol eso no tiene nada de ilegal.
En Brasil, el término ha sido usado para calificar otro tipo de engaño, ése sí ilegal: emplear dinero público destinado a otros fines para dar la impresión de que el presupuesto está equilibrado.
Por esa pedalada, la presidenta brasileña Dilma Rousseff será sometida a juicio político. Desde ayer fue separada del cargo, en lo que dura este proceso, que llevará a cabo el Senado y se encuentra en el borde de la destitución permanente.
¿Qué fue lo que pasó? ¿De qué se acusa a la Presidenta de la octava economía del mundo y el quinto país en extensión y población?
De acuerdo con el Tribunal de Cuentas de la Unión, cerca de 40 mil millones de reales (unos 11 mil 500 millones de dólares) fueron tomados por el gobierno de Rousseff de la Caja Económica Federal y el Banco de Brasil, entre 2012 y 2014, para aumentar artificialmente el superávit primario, algo que está prohibido por la Ley de Responsabilidad Fiscal.
La discusión que se ha dado en Brasil es si esto es suficiente para destituir a la Presidenta. Legalmente, y a reserva de que se materialicen las evidencias de la acción ilegal, sí.
Sin embargo, los defensores de Rousseff alegan, con razón, que otros gobiernos han hecho lo mismo sin que se haya dado esa consecuencia. Incluso, que 16 gobernadores del país están en la misma situación.
Para tener un panorama completo, habría que agregar que la Presidenta utilizó esa maniobra de maquillaje cuando estaba preparando su reelección, presuntamente con el fin de evitar críticas por su manejo de la economía.
El principal problema para Rousseff –quien ha calificado de “golpe contra la democracia” el proceso en su contra– es que su separación del cargo y probable destitución ocurre en momentos en que Brasil enfrenta una de las peores crisis económicas de los tiempos recientes, lo que ha desplomado la popularidad de la Presidenta.
De acuerdo con una encuesta de Ibope publicada hace cinco semanas, 69% de los brasileños piensa que el gobierno de Rousseff es malo o pésimo.
La mala situación del país, aunada a escándalos de corrupción como la Operación Lava Jato, fue carcomiendo el apoyo parlamentario del PT, el partido de Rousseff, que incluso vio salir de la coalición gobernante al PMDB, su principal aliado, a finales de marzo.
Encima, el predecesor y mentor de Rousseff, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue señalado como participante y beneficiario de actos de corrupción, cosa de la que ella intentó salvarlo judicialmente dándole un cargo en el gabinete.
Cuando Rousseff tuvo listo el nombramiento de Lula como ministro de la Presidencia –el cual le otorgaba inmunidad– le llamó por teléfono para avisarle que podía enviárselo si era urgente.
Lula colgó la llamada, que estaba siendo grabada, con una expresión que hoy aparece en las pancartas de quienes celebran la caída de Rousseff: “Chao, querida”.
Ayer Dilma Rousseff pronunció lo que muy probablemente será su último discurso como Presidenta de Brasil.
Reiteró que era víctima de un “golpe” y agregó acusaciones contra sus rivales como “fraude judicial y político”, “conspiración” y “sabotaje”.
Es difícil tomar partido en Brasil, cuando de uno y otro lado de este diferendo hay tantos políticos manchados por la corrupción. Sin embargo, un innegable resultado de 13 años de políticas del PT en Brasil es el desastre económico.
Alberto Fouillioux, otro futbolista chileno, dijo una vez que El Pelusa Arenas, inventor de la bicicleta, era tan hábil con la pelota que “había que quitársela con mandato judicial”.
Eso es justo lo que han hecho con el PT sus rivales políticos.