La carrera de Jorge Aguilar Chedraui dentro del mundo de la política sin duda está rodeada por la aureola del éxito.
Desde sus inicios, como parte del grupo de hombres cercanos al hoy gobernador dentro de la secretaría de Finanzas y luego como delegado del Issste en Puebla, Jorge se ganó una reputación sólida como hombre de resultados.
Su operación política fue “eclipsada” en el 2010 por la participación de personajes como Fernando Manzanilla, Eukid Castañón y Antonio Gali Fayad, pero su trabajo ordenado y de resultados se vio reflejado en la jornada electoral del 4 de julio de ese año, fecha inolvidable para el morenovallismo, cuando lograron ganarle al PRI y a Mario Marín, algo que parecía imposible.
Su trabajo al frente de la Secretaría de Salud, al inicio de la presente administración, lo catapultó al primer círculo del morenovallismo y de los círculos del poder. Durante la primera parte de la administración las evaluaciones lo colocaron como uno de los dos mejores funcionarios dentro del equipo de Moreno Valle, lo que lo llevó a pelear por la candidatura de Acción Nacional de la alcaldía, posición que finalmente recayó en el entonces secretario de Infraestructura, Antonio Gali.
Aguilar Chedraui ya contaba con un capital importante en la capital, lo que lo catapultó para convertirse en candidato a diputado local por uno de los distritos de la Angelópolis, el XV, con cabecera en Puebla.
Jorge ganó sin problemas y contribuyó a la victoria de Antonio Gali sobre Enrique Agüera. El exfuncionario no tuvo problemas para derrotar también a otro exrector, José Doger Corte, lo que le valió ser coordinador de los diputados del PAN.
Su crecimiento natural lo llevó de nueva cuenta a disputar con Gali la candidatura a la gubernatura del estado, pero siempre disciplinado, aceptó de nueva cuenta la decisión final, la cual recayó en el entonces alcalde capitalino.
No obstante, Aguilar recibió como encomienda el hacerse de la coordinación de la campaña de Tony en Puebla capital, lo cual constituye una responsabilidad mayor.
Tan sólo la ciudad de Puebla constituye el 32 por ciento del total del padrón electoral que estará en juego el próximo 4 de junio.
Adicionalmente, la capital impacta a la zona conurbada integrada por los municipios de San Pedro y San Andrés Cholula, Coronango, Cuautlancingo y Amozoc.
El radio de influencia de la ciudad impacta también en ciudades aledañas como Huejotzingo, San Martín Texmelucan, Atlixco y Amozoc, es pues la capital, la clave para ganar el proceso electoral.
Aguilar Chedraui tiene en sus manos la mayor responsabilidad de su aún joven carrera política.
Si bien es cierto que no está solo en esta lucha, porque cuenta con una serie de operadores sólidos que lo acompañan en esta empresa como el exdiputado local, Mario Riestra Piña, la diputada local Paty Leal, la diputada federal, Genoveva Huerta, la diputada local, Susana Riestra y otros, el peso de las decisiones es de Jorge.
El PRI no es ajeno a esta situación y por eso ha decidido recargar todas sus baterías, en contra de Puebla capital, sabedores de que la clave es evitar ser barrido en la ciudad que hace cinco años gobernó Blanca Alcalá.
Hace unos días le di a conocer el reporte de un operador que rinde cuentas directas a Beltrones, en el cual se resaltaba que la clave de la elección se centraría en el resultado de Puebla capital.
Aguilar Chedraui tiene su examen profesional precisamente en la elección que se avecina, su estructura es la que deberá de frenar el embate del priismo en la ciudad capital.
Del resultado de ese proceso dependerá mucho del futuro de Jorge y su equipo, mismo que busca trascender rumbo al 2018, pero antes, como dijera Melquiades, primero está el uno y luego el dos.