La Quinta Columna

Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

 

Juan López, El Gallero, siempre ha creído en Mario Marín.

Será por eso que ahora que está en desgracia lo invitó a convivir con varias empleadas del palenque.

Marín llegó al salón donde ofreció una modesta comida como si fuera gobernador.

Luego, cuando tuvo en sus manos el micrófono, habló de los tiempos que corren.

Y más: de la política nacional, de la política estatal, de los tiempos electorales.

En el colmo del cinismo, comparó las dos Pueblas: la de Moreno Valle y la suya.

Y ya insuflado por el éxtasis de su propio discurso, dijo que su gobierno –a diferencia de éste– había sido más humano y más cercano a la gente.

Nuestras obras –lo dijo convencido– fueron también más humanas porque se hicieron ahí, faltaba más, en las colonias populares.

Las señoras que acudieron a la comida, no lo escuchaban.

Y es que algunas cuidaban a sus hijos –que sólo querían jugar–, en tanto que las otras lo veían con cara de “éste es el que le dio su pinche coscorrón a una periodista”.

Marín, contra lo que dicen algunos de sus columnistas leales, no está fuera de la campaña de Blanca Alcalá.

Lo suyo –queda claro– es hacer proselitismo en favor de la candidata a la gubernatura.

Cree –de veras– que tiene todavía un capital político vigoroso, como el que lo hizo, en su momento, ganar elecciones.

No sabe que su cercanía en estos momentos de la campaña intoxica a los priistas: los envenena.

Una y otra vez la realidad se ha encargado de darle coscorrones similares a los que él le dio a Lydia Cacho.

Pero él no entiende, y no se esfuerza en comprenderlo.

Para eso tiene a sus compadres, a sus socios, a sus columnistas.

Ellos son los que todos los días se encargan de decirle lo que quiere escuchar: que ha sido el mejor gobernador de Puebla, el más carismático, el más humano.

Lo malo es que cada vez que aparece en público se sueltan los demonios y los priistas corren a esconderlo.

 

El PRI le Maquila al PRD

La primera parte del más reciente spot de Roxana Luna –no el de las ediciones piratas de Reforma, El Sol de Puebla y Síntesis– fue maquilado en el PRI, pero se la regalaron a ella para que cante el coro que quieren que cante en contra de Tony Gali.

La segunda parte, en cambio, la hicieron sus operadores.

Hay un mundo de diferencia entre una y otra.

La primera tiene una producción de primer mundo, en tanto que la segunda parece producida en Iztapalapa.

Las cosas andan tan enrarecidas al interior del PRD poblano que ya perdieron el rubor de la primera vez y eso implica que la candidata de ese partido ha tomado el triste papel de “tonto útil”.

Y vaya que le sale bien.

Y mientras esto ocurre en el mundo de las escobas que no barren nada, los directivos de dos diarios –El Sol y Síntesis– ya le exigieron que deje de utilizar sus cabezales para la propaganda que viene haciendo.

Claro está que Roxana se hizo la sorprendida y dijo que no sabía lo que estaba ocurriendo en sus spots.

Quizás tenga razón y no se haya enterado, pues los contenidos de dichos spots se discuten y se imponen desde el PRI de la Diagonal.

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