Buenos días estimados e inteligentes lectores, esta semana le quiero cambiar un poco el sentido a la columna por un tema que desde hace tiempo platico con quien me quiere escuchar.

El caso es sencillo: los “antis”, esas personas que antes de tener favoritos o preferencias por alguien o algo tienen aversión por lo opuesto; por ejemplo, el sábado pasado eliminaron en semifinales del futbol mexicano al equipo al cual le he ido desde muy chico. No faltaron los comentarios en la mesa, en mensajes e incluso en Twitter haciendo burla o denostando que no pudieron llegar a la final, pero no hubo un solo mensaje de apoyo o alegría por el equipo que ganó.

Es decir, no importa quién triunfó sino que dicho equipo fue eliminado con frases como: “le voy a cualquiera menos al América (o las Chivas o los Pumas)”. Llevado a otros terrenos oímos frases como: “votaría por cualquiera menos por el azul (o el rojo o el amarillo)”, en el primer caso tenemos que ni siquiera se saben la alineación del equipo ganador pero sí el nombre de las estrellas del equipo perdedor, en el segundo caso no tenemos idea de las propuestas del rojo o el amarillo pero sí argumentamos por qué no votar por el azul.

En conclusión, se trata de la cultura de querer perjudicar al de enfrente por encima de promover el triunfo del aliado.

Pareciera asunto menor lo que digo pero no lo es si tomamos en cuenta cómo funciona la mente; recordemos que nuestro cerebro trabaja con positivos, es decir, los negativos omite registrarlos, por lo cual un pensamiento negativo es procesado por el cerebro de manera positiva, volviéndose todo un patrón de conducta en nuestras vidas que ni siquiera percibimos.

Regresando al tema del futbol, mañana sábado se jugará la final de la Champions League, máxima competición en Europa (y del mundo) a nivel clubes.

Los invito a hacer un ejercicio en redes sociales: busquen por la tarde los comentarios dirigidos a quien resulte perdedor y vean en las cuentas donde se originen dichos comentarios si son fanáticos del equipo ganador o simplemente le van a otro distinto a los que jugaron pero hacen burla del perdedor.

El resultado, se los firmo, será igual a lo mencionado arriba: ni siquiera participó mi equipo pero disfruto burlándome y riéndome del perdedor.

Por alguna extraña razón nos cuesta mucho aplaudir al equipo rival y decir: perdimos en buena lid, felicidades por tu triunfo.

Ahora bien, los invito a que al menos por esta semana pensemos en sentido contrario a lo acá descrito, que saquemos de nuestra mente los “antis” y los convirtamos en “pros”, es decir disfrutemos los triunfos de nuestro equipo de futbol, beisbol o el deporte que estemos siguiendo y reconozcamos en la derrota las virtudes del rival, hablemos de los méritos que tuvo para llegar a donde está pues, como dice el dicho, para perder una final primero hay que jugarla.

Y este es el mismo tema en las demás áreas que aplique, por ejemplo, en política apoyemos (e informémonos bien de sus propuestas) a nuestro candidato pero no denostemos al de enfrente, finalmente llegó a una candidatura que muchos querían ¿o no?

Estoy seguro de que con el cambio del chip que acá propongo, y por tonto que pueda parecer, por el simple hecho de aplaudir al rival, de no hablar mal de quien no nos agrada, de ver sus virtudes en lugar de sus defectos, de reconocer el esfuerzo del de enfrente y no sus errores, liberaremos mucha carga mental y emocional.

Usemos el famoso triple filtro de Sócrates:

1) ¿Estás seguro de que lo que vas a decirme es Verdad?

2) ¿Lo que me vas a contar es algo Bueno?

3) ¿Lo que vas a decir, me va a ser Útil?

Con esto me despido por hoy esperando que todos ustedes tengan un excelente fin de semana.

 

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