
Rodeada de su equipo de campaña, la abanderada del PRI-PVEM-PES adelanta que el tricolor presentará las subsecuentes denuncias por las “posibles irregularidades detectadas” en el transcurso de la jornada electoral de ayer
Por Mario Galeana
Un cosquilleo efervescente escaló por el abdomen de Blanca Alcalá Ruiz, y del abdomen pasó al pecho, y del pecho a los ojos, cuando escuchó las palabras precisas, deseosas, tambaleantes de tantas ansias de ser dichas.
“Tú vas a ser la candidata”.
Era 28 de enero y la senadora oía a su padrino político, Emilio Gamboa Patrón, confirmar lo que hasta entonces eran rumores: su designación como abanderada del PRI al gobierno de Puebla.
Menos de cinco meses pasaron, y un cosquilleo efervescente escaló, nuevamente, por el abdomen de Blanca Alcalá Ruiz, y del abdomen pasó al pecho, pero antes de que éste escalara hasta los ojos, paró en la garganta.
La candidata del PRI sostenía un par de hojas y a ratos alzaba la vista hacia los cíclopes convertidos en cámaras.
“... De acuerdo con la información y las actas que empezamos a disponer, estamos observando una tendencia favorable...”
La voz vacilante.
“... Desde aquí he pedido a todos los representantes y responsables de mi partido en las casillas, que se mantengan hasta que se cuente el último voto...”
La garganta que se cierra.
“... Porque por encima de cualquier interés de partido, está el interés supremo de las y los poblanos...”
La negación de la derrota.
“... Agradezco a los cientos de miles de ciudadanos que acudieron a las urnas a depositar su voto a favor del proyecto que yo encabezo...”
La frase suena hueca.
El semblante, las maneras y las palabras de Blanca Alcalá son la antesala de un mensaje no dicho, indeseado: su inminente vuelta al Senado de la República.

ÁNGEL FLORES/AGENCIA ES IMAGEN
La Calera y el voto
La Calera, al sureste de la capital, se erigió sobre las fallas sísmicas de Clavijero, Tepozúchitl y Totimehuacán.
Y por las pronunciadas pendientes de la colonia que habitó a lo largo de su vida, la candidata de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Encuentro Social (PES) camina hasta un jardín de niños, donde esta mañana no hay rechinidos metálicos de juegos, sino el murmullo y el paso de los votantes.
Es el domingo 5 de junio.

En su camino hasta las urnas, Blanca encuentra a más de un vecino. Reparte sonrisas lo mismo que poses para las cámaras. El gesto en el rostro es, sin embargo, sobrio.
Sale de un pequeño salón de clases y, desde las escaleras, alza el pulgar manchado con tinta negruzca. Sus hijos sonríen a sus espaldas.
Desciende menos de 10 escalones y se halla, de pronto, ante las cámaras.
“Lo que me motiva, lo que me entusiasma, es esta oportunidad de servir a los poblanos desde diversas trincheras. En este caso, como su primera gobernadora”, dice la priista en entrevista.
La candidata a la gubernatura de #Puebla @SoyBlancaAlcala emitió su voto en la sección 1552 de Lomas de San Alfonso pic.twitter.com/AV8VyWyZSe
— Leonardo Torixa (@LeonardoTorixa) 5 de junio de 2016
Basta acercarse un poco para notar que la candidata del PRI ha tenido una noche muy larga. El ojo izquierdo enrojecido, el semblante salpicado de cansancio y una sombra rosa sobre el párpado intentando aminorarlo son los indicios que reflejan que las horas nocturnas en el búnker priista han tenido más de 60 minutos.

Fotos. Más fotos. La candidata, su esposo y su par de hijos enfilan hacia la salida del plantel. Antes de seguirles el paso, el presidente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac, dice que espera que el retraso en la apertura de casillas “no sea parte de una estrategia electoral, para que los priistas que votamos en la mañana, nos desanimemos y nos vayamos”.
“El priismo vota temprano y el panismo vota más tarde”, remata.
El júbilo no empaña esta mañana la voz del PRI: ni de su candidata ni de su dirigente. Faltaban horas para que la debacle los hiciera titubear.
“Es de tribunales, ¿eh?”
Los bustos de Lázaro Cárdenas, Luis Donaldo Colosio y Luis Cabrera Lobato como vigías del vestíbulo de la sede del PRI en la capital.

Y sólo eso. Además, sí, de tres decenas de sillas vacías, puestas frente a una mesa donde Blanca Alcalá Ruiz fijará postura ante lo que columnistas y analistas políticos han anticipado: una derrota por dos dígitos, frente al candidato José Antonio Gali Fayad.
Ocho reporteros aguardan en un salón habilitado como sala de prensa. Han esperado ahí toda la tarde. El número aumenta en la medida en que la hora programada para la rueda de prensa se acerca. La tarde va haciéndose gris, anticipando la lluvia que ha caído a ratos, pareciera que sin ganas.
Blanca Alcalá arriba al recinto partidista. Sobre su espalda pesan ya las primeras encuestas de salida, donde se confirma la victoria de Gali Fayad, y las declaraciones del dirigente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien reconoce que las tendencias no le favorecen.
El barullo aumenta y, de pronto, la figura de la senadora con licencia, ataviada de blanco, aparece en la entrada del Comité Directivo Municipal, sin atreverse a pasar por debajo del dintel.
Ahí, junto con el presidente estatal del PRI y el senador René Juárez Cisneros, aguardan la llegada del coordinador de campaña, Alejandro Armenta Mier. La espera es inútil: el diputado federal no aparece.
Emite sufragio la candidata de coalición @SoyBlancaAlcala, sin incidentes reporta el inicio de la jornada electoral pic.twitter.com/86uu85Pl8s
— Cinco Radio (@JavierLopezDiaz) 5 de junio de 2016
Alcalá Ruiz y su comitiva optan por entrar al recinto y rápidamente enfilan hacia la planta alta. Los rostros son ajados, pero reflejan menos que los ojos enrojecidos de la hija de la candidata priista, la regidora con licencia Karina Romero Alcalá.
Afuera, Hugo Scherer Castillo –a quien se le señala como el cerebro de la guerra sucia del PRI– fuma un cigarrillo. Habla apaciblemente por celular y se pasa la mano por encima de la barriga.
@SoyBlancaAlcala asegura que tendencias le favorecen y dijo esperará cómputos finales para dar cifras @Sintesisweb pic.twitter.com/ctIFQWJUg3
— Claudia Síntesis (@reporpue10) 6 de junio de 2016
Con furor aparece, por fin, Armenta Mier, pero se detiene sólo para saludar a Martha Gutiérrez, la operadora de medios del secretario de Gobernación (Segob) federal, Miguel Ángel Osorio Chong.
“Es de tribunales, ¿eh?”, dice Scherer Castillo al teléfono, poco antes de arrojar la colilla de su cigarro y caminar sin prisa hasta la entrada de la sede priista.

Blanca: la voz vacilante que niega la derrota
“Hubo una grotesca y descarada intromisión del gobierno del estado, que encabeza Rafael Moreno Valle. Pasará a la historia esta elección como la más sucia de la que se tenga memoria”, lanza Alcalá Ruiz, mientras a su lado un sombrío Estefan Chidiac sume el rostro, y un inquieto Armenta Mier juguetea con una pequeña botella de agua.
Blanca se asume ganadora, aun cuando a kilómetros de distancia el gurú de su partido, Manlio, ha reconocido una diferencia significativa entre la priista y Gali Fayad.
La lectura del comunicado dura menos de tres minutos pero son, quizá, los más largos en la carrera política de Blanca Alcalá Ruiz.
Asegura @SoyBlancaAlcala esperará a resultados oficiales y que el PRI llevará a cabo acciones legales pic.twitter.com/4BawuKmyF1
— Carlos Martin Huerta (@CarlosMartinH) 6 de junio de 2016
La voz titubea en cinco ocasiones, y los priistas se asoman aterrados a los ojos de su candidata, como deseando con la mirada que el llanto no llegue ni por error. Y no, no llega.

ÁNGEL FLORES/AGENCIA ES IMAGE
Blanca y su comitiva se levantan de la mesa, mientras los reporteros lanzan como dardos sus preguntas.
“¿Qué opina sobre la desventaja que Manlio Fabio reconoce en Puebla? ¿Qué números tiene usted, candidata? ¿Cuán ‘favorable’ es su tendencia?”
Nada. Ni un solo comentario.
Afuera hay al menos seis camionetas de lujo aguardando la salida de los priistas. Veloces, abordan los vehículos y miran a través de los vidrios polarizados a las cámaras persiguiendo su huida.
“De ese tamaño fue la derrota”. La frase irónica surgida de una voz entre la prensa sella la tumba priista.

