Imponer en su estado a un allegado o aliado político ha sido visto por los presidentes de la República, en la historia reciente, casi siempre como motivo de orgullo.
Michoacán fue coto del presidente Lázaro Cárdenas tanto como Puebla lo fue de su sucesor, Manuel Ávila Camacho.
De hecho, la familia Ávila Camacho quizá sea la única en México que en un mismo tiempo –del 1 de diciembre de 1940 al 31 de enero de 1941– tuvo tres hermanos como los máximos responsables en tres distintos niveles de gobierno: Manuel, Presidente de la República; Maximino, gobernador de Puebla, y Rafael, alcalde de la capital de ese estado.
El presidente Miguel Alemán colocó a su excolaborador Marco Antonio Muñoz Turnbull en la gubernatura de Veracruz, y Adolfo Ruiz Cortines hizo lo propio con Antonio Modesto Quirasco.
En aquellos tiempos, por supuesto, el partido de la Revolución no tenía competencia real en las urnas, por lo que el Ejecutivo en turno no tenía que preocuparse por encontrar a un buen candidato.
Era tal la influencia del Presidente en su terruño que Gustavo Díaz Ordaz mandó quitar al gobernador de Puebla, el general Antonio Nava Castillo, un mes antes de tomar posesión, y puso en su lugar a Aarón Merino Fernández, quien terminó el sexenio estatal.
Posteriormente, antes de dejar el poder, Díaz Ordaz envió a su secretario de Salubridad y Asistencia, el general Rafael Moreno Valle, como candidato a la gubernatura del mismo estado.
En su condición de capitalinos por nacimiento, ni Luis Echeverría ni José López Portillo tuvieron que preocuparse por la política local.
Ese tema renació con Miguel de la Madrid, quien en 1985 optó para la gubernatura de Colima por Elías Zamora Verduzco, un político de carrera meteórica que había encontrado un atajo en el ascenso al poder por haberse casado con la cuñada de un primo hermano del Presidente de la República.
A De la Madrid lo sucedió otro capitalino, Carlos Salinas de Gortari.
Luego vino Ernesto Zedillo, quien se convertiría en una excepción en cuanto al deseo presidencial de controlar la política de su estado natal.
En 1995, Zedillo dejó atónitos a sus paisanos bajacalifornianos al ordenar a sus amigos y colaboradores que aspiraban a la gubernatura no participar en el proceso.
La instrucción presidencial fue operar un proceso interno de selección del candidato a la gubernatura que dejara claro que no habría dedazo en el estado donde había sido asesinado Luis Donaldo Colosio.
Y así fue: entre los nueve aspirantes a la candidatura triunfó el alcalde con licencia de Mexicali, Francisco Pérez Tejada Aguilera, quien perdería la elección constitucional con el panista Héctor Terán.
La elección de Vicente Fox como Presidente coincidió con la de gobernador en Guanajuato, estado natal de Fox y que él mismo había gobernado entre 1995 y 1999.
El 2 de julio de 2000, resultó elegido gobernador Juan Carlos Romero Hicks. Cuando fenecían los sexenios federal y estatal, el grupo del presidente Fox intentó imponer a su favorito para la gubernatura, el secretario de Agricultura, Javier Usabiaga, pero éste fue derrotado por Juan Manuel Oliva.
A Felipe Calderón le fue un poco mejor, pues su hermana Luisa María alcanzó la candidatura del PAN a la gubernatura de Michoacán –cargo por el que él mismo había competido en 1995–, pero perdió la contienda de 2011 ante el priista Fausto Vallejo.
Ahora tocará al presidente Enrique Peña Nieto tratar de refrendar su control sobre el Estado de México donde, siendo gobernador en 2005 –y sin la tutela de un Presidente de origen priista– sorprendió a todos impulsando la candidatura de Eruviel Ávila, alcalde de Ecatepec, quien no era favorito.
Al hacer a un lado sus preferencias, Peña Nieto acertó en su decisión, pues Ávila ganó los comicios.
Algo similar esperan los priistas que haga Peña Nieto en unos meses, cuando el partido tenga que designar a su candidato a la gubernatura.
Necesitan que acierte también esta vez, pues el PRI viene de perder siete elecciones de gobernador el domingo 5 de junio y las próximas votaciones en el Edomex parecen cruciales para que el partido retenga la Presidencia en 2018.
