Hoy el electorado poblano elige al sucesor de Rafael Moreno Valle y al nuevo inquilino de Casa Puebla durante los próximos 20 meses
Por: Mario Galeana / @MarioG24H
Foto: Archivo Agencia EsImagen
Hoy el electorado poblano elige al sucesor de Rafael Moreno Valle y al nuevo inquilino de Casa Puebla durante los próximos 20 meses.
El acentuado bipartidismo que marca la entidad parece reducir la contienda entre el candidato por la coalición Sigamos Adelante (PAN-Panal-PT-Compromiso por Puebla-Pacto Social de Integración), José Antonio Gali Fayad, y la abanderada Blanca Alcalá Ruiz (PRI-Verde Ecologista-Encuentro Social).
Contienda, sin embargo, holgada en favor del exalcalde de la capital, quien lideró los estudios demoscópicos dados a conocer.
Desde afuera de la burbuja del bipartidismo, el académico Abraham Quiroz Palacios (Morena) empuja al partido encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
En la misma trinchera se encuentran Roxana Luna Porquillo (PRD) y Ana Teresa Aranda Orozco (Independiente), quienes han formado una triada junto con Alcalá Ruiz y su equipo jurídico para buscar abiertamente anular el resultado electoral, tras el cierre de casillas y el cómputo correspondiente.
Posiblemente ésta sea la incógnita que pesa sobre la jornada electoral de este día. De existir menos de cinco puntos de diferencia entre el par de candidatos con más votos, las urnas quizá resulten insuficientes y los pronósticos de triunfo se resolverán en los tribunales.
La jornada electoral de este domingo adquiere, a su vez, tintes nacionales. Puebla, entidad con uno de los padrones electorales más grandes en todo el país, resulta importante para quien busque afianzar un proyecto político con miras hacia el 2018, donde se renueva la cabeza de Los Pinos.
Analistas políticos ven en el resultado de la minigubernatura un escaparate para el gobernador Moreno Valle, y su intento por conseguir un lugar en la boleta de las elecciones presidenciales.
La senda de Gali
Ganar la presidencia municipal de la capital, en 2013, lo catapultó de manera directa a la contienda interna del PAN por la candidatura al gobierno del estado. Y aquí está.
Un puñado de estudios demoscópicos lo sitúan como candidato puntero y su camino a lo largo de la precampaña y la campaña, en comparación con la senda que transitó su rival priista, puede ser considerado terso.
Un par de golpes mediáticos en los diarios nacionales Reforma y La Jornada intentaron desestabilizar su paso, pero en ambos casos la respuesta de su equipo de campaña fue metódica, casi instantánea, y siempre acompañada por un nuevo escándalo en contra de Alcalá Ruiz.
A raíz del padrinazgo político de Moreno Valle, sus opositores lo consideran el candidato de la continuidad. Pero hasta hoy, Gali Fayad no ha tenido que hacer un deslinde público del aún gobernador poblano, como sí ha ocurrido, por ejemplo, en Veracruz, donde el candidato priista Héctor Yunes ha fustigado en contra del otrora priista Javier Duarte.
La escisión entre Moreno Valle y Gali Fayad ha partido, más bien, desde la visión de gobierno de cada uno. El exalcalde de la capital ha propuesto abiertamente una plataforma que casi riñe con algunas de las acciones del sexenio del gobernador.
Como la contratación de los Proyectos de Prestación de Servicios (PPS), modelo financiero que Gali Fayad rechaza y que, sin emabrgo, fue utilizado por el gobernador para la edificación de obras como el Centro Integral de Servicios (CIS) o el Museo Internacional del Barroco (MIB).
El intrincado paso de Blanca Alcalá
Tras ser destapada por su padrino político, el senador Emilio Gamboa Patrón, la hoy candidata Blanca Alcalá Ruiz calificó los siguientes meses como los más importantes de su carrera política. Llegó, inclusive, a las lágrimas.
Respetada en el Senado de la República, Alcalá Ruiz solicitó licencia a su escaño quizá sin prever el tortuoso camino que implicaría ser candidata de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Verde Ecologista de México (PVEM) y Encuentro Social (PES).
Los primeros dos tropiezos los cometió en un solo día: en su registro como precandidata del tricolor: compartir escenario con Mario Marín Torres y asumirse una candidata "de pie", cuando derrumbaron de manera estrepitosa los primeros pasos en su intento por llegar a Casa Puebla.
Sus opositores aprovecharon una y otra vez su relación política con Marín Torres e, incluso, Gali Fayad lo nombró "su verdadero coordinador de campaña" al exhibir una fotografía de ambos durante el único debate electoral, frente a los miles de ojos que atestiguaban el encuentro.
La filtración de la bitácora de vuelo de un helicóptero que utilizó antes y durante la precampaña, cuando criticó al gobernador por el uso de este tipo de aeronaves, doblegaron el discurso frontal de arranque de Alcalá Ruiz y, en una suerte de boomerang, sus críticas terminaron por dañarla.
Más tarde, entrados en los dos meses de campaña electoral, Alcalá Ruiz fue exhibida en diversos medios locales y nacionales, con acusaciones de supuestos actos de enriquecimiento ilícito, corrupción y tráfico de influencias.
El PAN halló en su trienio como presidenta de la capital (2008-2011) la mayor fuente de golpeteo mediático, y en cada irregularidad el equipo de campaña de la senadora con licencia actuó de manera tardía.
Primero fue develada la existencia de una gasolinera que siendo presidenta autorizó y de la que más tarde se hizo inversionista. Luego vinieron las omisiones detectadas en su declaración de bienes patrimoniales, como un conjunto habitacional en Cuautlancingo, un edificio habitacional y una residencia millonaria apodada "la Casa Blanca".
Y finalmente, un presunto fraude millonario en contra del Sistema Operador de Alcantarillado y Agua Potable (Soapap), por el cual el PAN y sus partidos aliancistas exigieron, desde el Congreso poblano, una investigación a fondo por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE).
En toda su carrera política, Alcalá Ruiz jamás había sorteado un desprestigio como el que hoy pesa sobre su figura.
A lo largo de los 60 días de campaña, analistas políticos criticaron a la candidata priista la ausencia de un discurso crítico en contra de Moreno Valle y, de acuerdo con columnistas políticos, el único recurso del que podría echar mano es la judicialización de las elecciones de este domingo.
Roxana, Ana Tere y Blanca: la triada antigalicista
En su intento por judicializar la jornada de este día, Alcalá Ruiz halla en las candidatas Roxana Luna Porquillo y Ana Teresa Aranda Orozco a dos aliadas.
De manera abierta, los equipos de campaña de las tres candidatas al gobierno de Puebla han denunciado un supuesto rebase en el tope de gastos de campaña del abanderado José Antonio Gali Fayad y, de antemano, se sabe que la triada antigalicista solicitará a las autoridades electorales anular el resultado electoral de hoy.
El acompañamiento de Alcalá Ruiz, Luna Porquillo y Aranda Orozco fue perceptible durante el único debate celebrado por el Instituto Electoral del Estado (IEE). En un golpeteo simultáneo, que fue calificado como una suerte de "nado sincronizado", las tres candidatas realizaron críticas similares en contra de Gali Fayad.
Sobre Roxana Luna Porquillo, candidata por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), cabe decir que el primer embate lo ha librado desde las mismas entrañas del sol azteca, donde la corriente Nueva Izquierda (NI) intentó cerrar su paso como abanderada.
Una vez con la candidatura en sus manos, Luna Porquillo dedicó sus 60 días de campaña a la realización de actos escénicos más que operativos.
Primero, barrer instancias gubernamentales para, desde su óptica, "barrer la corrupción". Al final, realizar "limpias" para ahuyentar a los fantasmas del "abstencionismo".
Sobre Ana Teresa Aranda Orozco, la primera candidata independiente al gobierno de Puebla, cabe señalar que su mejor momento durante los 60 días de campaña llegó al término del debate electoral, en el que muchas voces la proclamaron ganadora.
Pero, a partir de entonces, su campaña cayó en un mutismo prolongado. Sin recursos suficientes ni una estructura sólida, Aranda Orozco ha resaltado por la falta de eventos donde exhiba su poder de convocatoria.
Hasta hoy, su discurso se ha ceñido en contra de Gali Fayad y Moreno Valle, razón por la cual se le vincula con el PRI.
Abraham Quiroz y López Obrador
Impuesto por Andrés Manuel López Obrador, el académico Abraham Quiroz Palacios, candidato por Movimiento Regeneración Nacional (Morena), llegó a la contienda con muchas expectativas sobre su espalda.
Pero su falta de oficio político fue evidente durante el único debate entre candidatos, y el resultado electoral que obtenga en las urnas parece estar engarzado, más bien, en la figura del líder nacional de su partido.