La Loca de la Familia

Por: Alejandra Gómez Macchia / @QuintaMam

 

Señorita poblana de clase media que practica el blof cotidianamente( que viste buenos trapos, que va todos los fines de semana a bares de moda, que carga bolsos de mano de 5000 pesos y que calza zapatos Tory Burch) asiste a una consulta médica.

No va a ningún hospital privado. Sabe que, según el diagnóstico, las visitan le costarían un ojo de la cara. En estos casos es mejor ahorrarse el dinero para poder ir el próximo verano a la playa con sus amigas.

La señorita padece una enfermedad “propia de la mujer”.

Llega al hospital ataviada con las garras que utiliza para ayudarle a su madre a trapear cuando no va la “técnica auxiliar del hogar”. Cubre su mirada con unos lentes gigantescos, muy a la Jackie Kennedy.

Un conocido le consiguió cita con un médico del Seguro Popular. Al principio le apenaba la idea de ir a un sanatorio público, pero al hacer su propia cotización en el Ángeles y en “La Bene”, se sacudió la vergüenza.

Sabe que ese dinero estaría mucho mejor empleado en las baratas de fin de temporada de Angelópolis. Sabe también que la salud es lo primero, pero puede apechugar y dormir una noche entre el infelizaje antes de perder una vacación o un weekend en la casa de “finde” de alguno de sus amigos potentados.

Pasa por todos los estudios. El médico le dijo que la van a operar en una semana. Antes de eso debe ir a ver al anestesiólogo para que le realice las pruebas pertinentes.

Ella es el claro ejemplo de la doble moral poblana. Puede mentirle a sus padres, al novio, al cura, a los maestros, pero no al médico. Sabe que de sus respuestas depende el éxito de su intervención, y que de el éxito de su intervención depende que su carrera etílica y sexual siga gozando de cabal salud.

Éste es el diálogo íntegro de su visita al anestesiólogo.

–¿Nombre?

–Pamela María Ruisanchez.

–¿Edad?

–24 años

–¿Estatura?

–1.56 cm

–¿Peso?

–54.300 kg (pero voy a bajar, es que estoy reteniendo líquidos).

–¿Estado civil?

–SOLTERÍSIMA

–¿Tiene pareja, algún tipo de relación?

–No.

–¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones sexuales?

–AYER.

–¿Alérgica a algún medicamento?

–A la penicilina

–¿Tipo de sangre?

–A(-)

–¿Padece de alguna enfermedad crónica?

–No.

–¿Enfermedades hereditarias?

–Cáncer, diabetes.

–¿Fuma?

–Sí.

–¿Cuántos cigarros al día?

–De lunes a jueves, como cuatro. Viernes y sábado: una cajetilla, aprox.

–¿Consume bebidas alcohólicas?

–Sí.

–¿Moderadamente o hasta emborracharse?

–Hasta emborracharme.

–¿Con qué frecuencia?

–Dos o tres veces por semana. Depende la eventualidad que se presente.

–¿Ha consumido algún tipo de droga?

–Sí.

–¿Cuál?

–Mariguana.

–¿Cuándo fue la última vez que ingirió una droga?

–Hace rarito, después de la prueba de orina. En lo que me tocaba ficha para entrar a verlo.

Antes de salir, la señorita le pregunta al médico si todo lo que contestó es confidencial, es decir, que si su madre no podrá verlo.

El asiente. Todo es confidencial. “Es usted mayor de edad”, añade.

Ella suspira aliviada.

En casa creen que es virgen, que bebe poquito (socialmente), que repudia el tabaco porque mancha los dientes y te hace apestar a cenicero, y que, por su puesto, lo más cerca que ha estado de las drogas es cuando acompaña a su madre a donar ropa para los centros de rehabilitación.

Abandona del consultorio. Se pone los lentes para que no la vaya a pillar la prensa saliendo del centro de salud.

Ella le dijo a su grupo de amigas que se irá a la “Clínica Mayo” de Miami para operarse, así que no las verá hasta su regreso. Un par de semanas.

“Todas las muestras de apoyo que quieran enviarme, que sean por Whatsapp, plis”.

Sus amigas ya preparan la fiesta de despedida… y de bienvenida.

Habrá todo lo que les gusta meterse. Igual y con un poco de suerte ya puede contestarle al médico que sí tiene novio y que fue con él con quien se acostó dos noches antes de entrar a la plancha.

Ese triunfo se celebraría con un buen churro de mota y una botella de whisky de una sola malta.

Con lo que se va a ahorrar podrá comprarse un nuevo iPhone. El suyo se le cayó en el escusado, en la briaga, mientras se tomaba la respectiva selfie guacareando.

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