En tres años, el PRI mantuvo sólo un distrito, el resto ha ido a pique; de poseer bastiones tricolor ha pasado a “conseguir” nuevos terruños a las orillas del estado

 

Por Mario Galeana y Serafín Castro

La caída electoral del PRI durante la jornada del domingo pasado se forjó en el interior del estado, donde se supone que se encuentra el voto duro del tricolor.

Los resultados son contundentes: el PRI perdió 22 de los 26 distritos locales en las elecciones para gobernador. Si los datos se comparan con la elección local del 2013, el vértigo de la caída priista es radical.

En aquel entonces, el Revolucionario Institucional ganó los distritos XVI de Puebla, XVIII de Tepeaca, XXIII de Acatlán de Osorio, XXV de Tehuacán Sur y el XXVI de Ajalpan, pese a las coaliciones y candidaturas en común que Acción Nacional (PAN) articuló.

Pero en tres años la maquinaria tricolor se debilitó y sólo retuvo Acatlán de Osorio, que se sumó a Izúcar de Matamoros, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec: los únicos cuatro distritos donde el nombre de Blanca Alcalá Ruiz fue marcado con mayor cantidad de votos que el de José Antonio Gali Fayad.

El desplome más vertiginoso para el PRI ocurrió en Ajalpan.

En 2013, de acuerdo con el conteo final del Instituto Electoral del Estado (IEE), el tricolor y su aliado, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sumaron 41.83% de la votación total, una ventaja considerable sobre el PAN que, pese a tener alianzas con el PRD, Nueva Alianza (Panal) y Compromiso Por Puebla (CxP), además de una candidatura en común con Pacto Social de Integración (PSI), cayó con en 38.16 % de los votos.

El triunfo priista en este bastión de la Sierra Negra fue operado por el exgobernador Mario Marín Torres, el cacique Ignacio Salvador Hernández y la poderosa organización Antorcha Campesina, lo que llevó a Rosalío Zanatta Vidaurri a ocupar una curul en el Congreso local.

Pero el 2016 pintó un panorama completamente distinto para Alcalá Ruiz, quien quedó al menos 11 mil votos por debajo de Gali Fayad, en un resultado que despierta sospechas con respecto al papel de Antorcha Campesina a favor del PRI.

La derrota priista se extendió hasta Tehuacán Sur, región que cuando menos en 2013 significaba tierra de triunfos para el tricolor.

En ese año, la alianza 5 de Mayo (PRI-PVEM) sumó 44.59% de los sufragios y venció a la Coalición Puebla Unida (PAN-Panal-PRD-CxP), fortalecida con el PSI, que alcanzó 40.54 %.

La victoria se atribuye a la operación política que el actual subsecretario de la Sedatu, Juan Carlos Lastiri Quirós, realizó en la zona a favor de Geraldine González Cervantes, hoy diputada local.

Tres años después del éxito priista, Tehuacán Sur representó para Alcalá Ruiz una desventaja de casi 10 mil votos.

 

 Puebla: el fracaso marinista

Aun con una derrota de más de 57 mil votos a lo largo de la capital de Puebla, el PRI pudo presumir la victoria en uno de sus siete distritos.

El distrito XVI de Puebla, ubicado al sur de la ciudad, llevó a Víctor Manuel Giorgana Jiménez hasta el Congreso del Estado, tras recibir el respaldo operativo de Marín Torres e incluso de Antorcha Campesina.

El bloque 5 de Mayo obtuvo 44.90% de los sufragios, contra 41.82% alcanzado por la coalición Puebla Unida.

El éxito marinista se replicó en 2015 con las diputaciones federales obtenidas por Graciela Palomares Ramírez, Xitlalic Ceja García y, por segunda ocasión,Víctor Manuel Giorgana Jiménez.

Un año después, el brazo operador del último gobernador priista quedó nulificado: José Antonio Gali Fayad rebasó por más de 100 mil votos a Alcalá Ruiz en toda la capital, y en el único distrito priista, el XVII, el exalcalde de la Angelópolis  superó por más de 11 mil votos a la senadora con licencia.

 

 Tepeaca: la desbandada

En Tepeaca, uno de los cinco distritos priistas hasta 2013, el triunfo se atribuye a una de las familias de largo abolengo dentro del partido: los Morales.

La operación de Jesús Morales Flores, hermano del exgobernador Melquiades Morales Flores llevó a Sergio Salomón Céspedes Peregrina a ocupar una curul en el Poder Legislativo del estado tras obtener 43.65% de la votación, por encima del 34.07% blanquiazul.

Pero tres años después,  Fernando, hijo del exmandatario,  y Jesús Morales Rodríguez, homónimo de su papá, respectivamente, optaron por operar a favor del PAN y Gali Fayad; así consiguieron un triunfo estrecho por alrededor de 500 votos sobre el PRI.

 

El asidero priista

En su peor desempeño histórico; el PRI apenas logró conservar el distrito XXIII de Acatlán de Osorio, donde tres años antes había triunfado la priista Maritza Marín Marcelo.

En 2013, la hoy legisladora local obtuvo 42.56% de los votos, ante 41.72 % del PAN y sus aliados.

Y dos años más tarde, el tricolor repitió un aplastante triunfo de la mano del diputado federal Jorge Estefan Chidiac.

El PRI y Alcalá Ruíz hallaron en Acatlán de Osorio su único asidero. Estefan Chidiac, convertido en dirigente estatal del tricolor, consiguió la única victoria holgada del PRI sobre el PAN con casi 10 mil votos.

 

La caída priista

Por donde se observe, el PRI dejó de ser competitivo en apenas tres años.

En 2013, el tricolor habría obtenido cuatro triunfos más en los distritos II de Huauchinango, III de Zacatlán, V de Tlatlauquitepec y IX de San Pedro Cholula, de no ser por las candidaturas en común que el PAN forjó con el PSI y Movimiento Ciudadano (MC).

Previo a las impugnaciones presentadas en este proceso, y sin considerar los votos logrados por PSI y MC, la alianza 5 de Mayo obtuvo en Huauchinango 32 mil 399 votos contra los 32 mil 252 alcanzados por la coalición Puebla Unida.

En Zacatlán, el PRI-PVEM logró 39 mil 124 sufragios ante los 38 mil 835 del PAN-PRD-Panal-CxP.

En Tlatlauquitepec, el tricolor y el Verde alcanzaron 31 mil 870 votos, es decir, 64 más que el bloque aliancista encabezado por el PAN.

En San Pedro Cholula, el PRI se hizo con 29 mil 743 boletas más y superó por poco menos de mil votos al frente aliancista del blanquiazul.

Tres años después, el partidazo sólo conservó el distrito de Tlatlauquitepec, y lo hizo por apenas 121 votos, de acuerdo con el PREP.

En Zacatlán, la debacle priista ante el PRI fue de más de 3 mil sufragios, y en Huauchinango la brecha se extendió por 12 mil boletas más.

En el distrito XVIII de Cholula, la ventaja blanquiazul fue de más de 13 mil votos.

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En picada

Si los datos se comparan  con la elección local del 2013, la caída del tricolor en la urnas es de vértigo; en aquel entonces, el Partido Revolucionario Institucional se impuso en los distritos XVI de Puebla, XVIII de Tepeaca, XXIII de Acatlán de Osorio, XXV de Tehuacán Sur y el XVI de Ajalpan.

En 2015, con la nueva distritación, aunque se mantuvo el mismo número de demarcaciones, cambiaron sus cabeceras, por lo que hubo distritos que se fusionaron y surgieron nuevos, tal como es el caso de Huejotzingo.

Sin embargo, este año, el tricolor, pese a ir en coalición con el Partido Verde Ecologista y el Partido Encuentro Social, perdió 22 de los 26 distritos locales el 5 de junio pasado.

Acatlán de Osorio, Izúcar de Matamoros, Zacapoaxtla y Tlatlauquitepec fueron las únicas cabeceras municipales que pudo retener el anteriormente llamado “partidazo”. foto

 

 

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