
Por Juan Luis Ramos
En 2015, el número de tomas clandestinas en la red de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) creció 32% respecto al año previo, al detectarse cinco mil 574 nuevos puntos de extracción ilegal de combustibles.
Según datos de la consultora Etellekt, dicha cifra representa 30% del total reportado desde el año 2000.
En el informe Situación actual y perspectivas sobre el robo de hidrocarburos en México 2016, la consultora indicó que a pesar de las nuevas sanciones aprobadas para castigar el robo de hidrocarburos, el problema continúa siendo grave.
Incluso, señala que entre 2000 y 2015 el número de tomas por cada kilómetro de la red de ductos fue de 1.28.
El robo de combustible representa para Pemex una pérdida anual de 27 mil barriles, lo que equivale a un valor de mercado de 20 mil millones de pesos, esto es 4% de las ventas totales de gasolinas, según cifras de la petrolera.
En una entrevista con 24 HORAS, Rubén Salazar, director de la firma, precisó que la ordeña de combustible se disparó en el presente sexenio en gran medida porque la reforma energética dejó de lado la atención a este problema.
“Cuando se empezó a discutir la reforma se abrieron los primeros foros donde invitó a los empresarios, quienes externaron su preocupación sobre las medidas para combatir el robo de combustibles, pero esto se desechó debido a los costos que implica”, indicó.
Salazar calculó que para proteger los 14 mil kilómetros de ductos que hay en el país, las fuerzas federales requieren de 40 mil elementos, cuyo costo ascendería a 100 mil millones de pesos al año.
La falta de inversión ha llevado a que los cárteles de los Zetas y Jalisco Nueva Generación, controlen 95 de cada 100 tomas.
