Hoy en día, los infartos cardiacos constituyen la primera causa de mortalidad entre los poblanos; Margarita, octogenaria que sobrevivió a un ataque al corazón, relata su historia
Por: Serafín Castro / @Serafin24H

Ese día, Margarita vivió los 20 minutos más desesperantes de su larga vida. La angustia de no poder respirar le hacía desear la muerte, pero el recuerdo de los suyos y las ganas de vivir la convirtieron en una guerrera que a sus 71 años logró sobrevivir a un infarto.
Los problemas de salud ya la habían derrotado una vez, cuando 10 años atrás tuvo que renunciar a su vocación de profesora a causa de la presión alta. Esta vez, dice Margarita, “me tocaba ganar”.
Era 29 de octubre de 2002, desde que despertó pudo presentir que algo en su interior no marchaba del todo bien. Ella, quien se había distinguido por desafiar diversos obstáculos, por ser fuerte y trabajadora, amaneció sin ganas de separarse de la cama, con flojera y cansancio.
“Sólo me levanté a desayunar y me volví a acostar. Ya que estaba acostada dije –ay no, es mucha flojera que yo no haga nada, voy a lavar mis medias– y me puse a lavarlas”, señala.
Recuerda que cuando se disponía a tender sus medias, subió una “sillita como de 25 o 30 centímetros” para poder alcanzar los tendederos, pues ella apenas si rebasa el metro y medio de estatura.
“Ese esfuerzo hizo que me faltara el aire, bajé y le dije a mi hija que me sentía mal”. A pesar de que es de piel clara, cuenta que estaba blanca, no tenía color. Al verla tan mal, su hija Lupita, quien es médico de profesión, pidió un taxi para llevarla al ISSSTEP ubicado en la colonia San Manuel.
Cuenta que para su desgracia “el taxi que nos tocó olía a gasolina y la ventanilla no se podía abrir”. A cinco minutos de haber tomado el taxi, Margarita empezó a infartarse.
“El dolor cardiaco se siente, no en el corazón, sino en la parte de la arteria. Es un dolor que no se quita ni con nada, quisieras poder hacerlo pero no. Duele mucho, luego hasta se marea uno, la verdad se siente mucha angustia porque no se puede respirar, te hace falta el aire”.
Al llegar al hospital su hija Lupita entró corriendo para pedir una camilla. –¡Auxilio, auxilio! Mi paciente se viene infartando– gritaba con desesperación al ver que su madre moría.
Sin embargo, con la misma calma con la que se toma un café caliente, el doctor trató de tranquilizarla sin dar la instrucción a las enfermeras de que atendieran su caso. Lupita no dejó de insistir hasta lograrlo.
“Cuando me internaron ya me había infartado, aun así me midieron la presión, me conectaron a tres aparatos y me mandaron a terapia intensiva, ahí me pusieron más cables”, agrega Margarita.
En ese entonces los doctores la vieron tan mal que previnieron a sus familiares notificándoles que en cualquier momento podía morir.
Casi 14 años han pasado desde aquel día, y hoy a sus 85 años Margarita dice con gran entusiasmo “mírame, sigo viva”.
Por si hubiera sido poco el dolor vivido esa mañana, Margarita y sus familiares tuvieron que aguantar cinco semanas de recuperación, hospitalizada, recostada sobre una cama de barandales, sin poder moverse, sin poder comer y conectada a los aparatos.
A su vida, Margarita, de cabello rizado y color oro, la ha llamado como un milagro. El día del infarto los doctores le notificaron que había ocurrido en ella algo que no en cualquiera: Sus arterias principales estaban tapadas de grasa pero su corazón había creado otras “ramificaciones de venas” que le permitieron respirar.
Desde el 2002, con una cuarta parte de su corazón herido, ella ha logrado sobrevivir a la diabetes, a la hipertensión arterial, a un infarto, a un edema pulmonar (agua en los pulmones) y a varias visitas más al hospital.
Problemas del corazón en la entidad:

Un infarto, ataque cardíaco o infarto de miocardio ocurre cuando algo (en su mayoría grasa) bloquea las arterias coronarias impidiendo el paso de la sangre hacia el corazón. De acuerdo con especialistas, el simple hecho de ser diabético, hipertenso, tener sobrepeso, no hacer ejercicio y fumar te hace candidato idóneo para presentar un infarto.
Las principales causas de mortalidad entre los poblanos son:
- Infarto
- Diabetes
- Cáncer cervicouterino
Por infarto de miocardio mueren 2 mil 779 poblanos al año. Es decir, 7.6 personas mueren en promedio al día.
La tasa de mortalidad en Puebla por infartos es de 45 muertes por cada 100 mil habitantes.
La media nacional es de 59.1 por cada 100 mil habitantes.
Puebla se encuentra por debajo de la media nacional.
Los estados con mayor número de defunciones por infarto son: Ciudad de México, Yucatán y Durango.
Puebla se ubica en el lugar número 25 a nivel nacional.
Durante los últimos 10 años la edad promedio en la que se daban los infartos era a partir de los 45 años en adelante; hoy es a partir de los 30.
Los primeros síntomas son: dolor en el corazón o en el pecho, problemas para respirar, mareos constantes, acidez estomacal, incomodidad en el brazo, mandíbula, boca del estómago o cuello.
De cada 10 personas que acuden al hospital durante los primeros síntomas, 8 son atendidas con éxito.
Fuentes: Arturo Mompin Ramírez, subdirector de vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud del Estado de Puebla.
Dr. Javier Cocolotzi López, coordinador de cardiología del IMSS San José.
Recomendaciones para cuidar el corazón

Mantener una dieta sana:
No siempre una barriga llena tendrá un corazón contento, ni sano, para lograrlo es fundamental mantener una dieta equilibrada.
- Consumir al menos cinco raciones de frutas y hortalizas todos los días.
- Comer fibra. Frijoles, lentejas, avena, guisantes.
- Disminuir la sal, máximo una cucharadita diaria. (5 gramos)
- Reducir la cantidad de azúcar y grasas.
- Comer dos raciones semanales de pescado graso.
- Disminuir el consumo de bebidas alcohólicas. (Hombres dos bebidas por día y mujeres una como máximo.
Hacer ejercicio constantemente:
“¡Muévete!, no eres un árbol”. Si comes mucho y no realizas actividad física que ayude a quemar las calorías consumidas subirás de peso, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades del corazón, por lo que se recomienda:
- Realizar al menos 30 minutos diarios de actividad física ayuda a mantener el sistema cardiovascular en forma.
- 60 minutos diarios ayudan a mantener un peso normal.
- Elige las escaleras en lugar del elevador.
- Evita pasar mucho tiempo frente al televisor.
- No es necesario asistir a un gimnasio.
- Las actividades diarias, como el caminar, los quehaceres domésticos y el hecho de jugar con los hijos son formas de actividad física.
Cero tabaco:
- Dejar de fumar reduce el riesgo de padecer un infarto desde el primer momento.
- ¡No seas fumador pasivo! Aléjate de personas mientras están fumando.
- No permitas que alguien fume en áreas cerradas o con poca ventilación.
- ¡Acude al médico constantemente!
Fuente: OMS, SSA Puebla, Cardiólogo Javier Cocolotzi López.

