En 10 años el negocio de perforar ductos de forma ilegal se ha transformado; un transportista relata su experiencia con los huachicoleros y parte de su modus operandi
Por Guadalupe Juárez
Antes de que el crimen organizado tomara el control en el negocio huachicolero, “bastaba sólo con una invitación y que corrieras el riesgo”.
Ahora la división entre células delictivas y de grupos que se autodenominan como Zetas –sin que lo sean– ha provocado que las personas dedicadas a la perforación de ductos se nieguen a continuar y pasen sus conocimientos a los integrantes del cártel que opera en la entidad, lo cual ha generado actos de violencia en los 21 municipios pertenecientes a la franja de robo de combustible.
Esta es la entrevista de un transportista que trabajó de forma indirecta para Pemex y que convivió con los primeros chupaductos en el país. Hoy revela a 24 Horas Puebla parte de los secretos de operación de estos grupos.
—¿Como inició la extracción de combustible de manera ilegal? ¿Cómo se les ocurrió? —Hay una idea equivocada de que el personal de Pemex es el que anda perforando hoy en día los ductos.
El asunto era así: Trabajadores de la paraestatal que dejaron la empresa y buscaban un negocito y que sabían cómo se conformaban las rutas de los ductos, que saben cuáles son sus señalamientos y a qué profundidad está el ducto y que conoce las técnicas especializadas para perforarlos, se aliaron con otros fuera de la paraestatal, gente que capacitan para que hagan el trabajo.
Teniendo a personas capacitadas, buscas los lugares estratégicos (no muy poblados) y vehículos automotores para transportar el producto.

—¿Cómo sabe? ¿Estuvo involucrado en este negocio? —Yo trabajé por muchos años en autotanques –conocidas como pipas– y ahí se saben muchas cosas. Tuve conocidos y familiares que se dedicaban a esto, los primeros en dedicarse a esto. En ese entonces –hablo de 10 diez años atrás– todo era por las buenas, se dedicaban a esto por decisión propia, por una invitación.
A mí una vez me ofrecieron transportar el combustible, pero pensé que era mayor el riesgo que se corría que lo que me iba a ganar.
—¿Qué riesgo corrían las personas que decidían dedicarse a esto? —¿Riesgo? Debe haber riesgo, es un trabajo ilícito. Siempre lo corres si te dedicas a esto. Siempre.
—¿Aceptó estas propuestas? —No lo hice, pero digamos que estuve cerca. Conocí a gente que se dedicó a esto y actualmente todavía hay quienes hablan del negocio. Aunque ahora todo es muy diferente.
—¿Qué ha cambiado? —Mucho, te estoy hablando de 10 años. Te voy a decir algo que ignoran: Pemex estuvo involucrado desde un inicio, no dudo que hoy también lo esté.
Ellos tienen un estimado de pérdidas anuales se pierda o no el producto, hasta ellos saben que se debe perder cierta cantidad de litros en un año. Este negocio no se les fue de la mano como dicen, ellos lo han dejado crecer por otros intereses y las personas que estamos relacionados con ellos directa o indirectamente lo sabemos. Persiguen otros intereses.

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—¿Cómo logran llevarse el combustible extraído? ¿En la actualidad podrían operar de manera similar? — Bueno, sí, sí. Es algo parecido, es lo mismo: necesitas aliados. Policías municipales, estatales y los especiales (seguridad de Pemex). A veces ellos son los que pasan la información de la hora de los operativos, te aseguro que también algunos del Ejército saben y dejan pasar las camionetas con el producto robado.
También las personas dedicadas a perforar los ductos necesitan buscar modalidades prácticas para el almacenamiento del combustible y su traslado, algo para pasar desapercibidos.
La gente que conocí decía que había que buscar no una bodega, sino contenedores para resguardar el producto en casa, como si almacenaras forraje, en fin, cosas de agricultura o incluso un establo.
—¿Un disfraz? —Claro, algo sencillo que nadie sospechara que ahí tienes combustible, eso es lo más fácil, que parezca un rancho. Una bodega es más riesgoso, pero también lo hacen, aquí fingen que guardan abono químico o productos parecidos, de tal forma que intenten disfrazar sus maniobras naturales por la madrugada, es lo ideal.
—¿Cómo comercializarlo? —La forma es simple, se va a los proveedores grandes, los compradores grandes y potenciales: las gasolineras. Esas son lo fuerte; es muy difícil y riesgoso que lo estén menudeando.
Tiene que buscarse esa alternativa; buscar gasolineras para que tengan garantizado que se acaba su producto, pero antes no estaba tan competido. Ahora ya las células tienen subcélulas y los conocimientos se van degradando.
Quiero decir que, de los primeros que estaban capacitados por gente de Pemex, ahora conocen sobre el tema por otros a quienes se les hizo fácil separarse de los primeros grupos, entonces ya hacen un desastre; dejan que se desperdicie el combustible y afectan los sembradíos, están cometiendo un ecocidio o provocan accidentes porque para hacer el trabajo debes saber muy bien cómo se hace y los que se dedican a esto ahora no lo conocen.

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—¿Los que iniciaron este negocio fueron cárteles del narcotráfico? —No, para nada. Esto se dio ya cuando los del crimen organizado se dieron cuenta de que era un buen negocio, que tenía dividendos y lo que hicieron fue decirle a los que ya se dedicaban a esto: “Ahora trabajas para nosotros, o te nos unes, o nos enseñas cómo hacerlo y nosotros de todos modos nos vamos a hacer cargo”.
Es lo que se cuenta entre quienes se dedican todavía a esto; Los Zetas llegaron y se apropiaron del negocio, hubo quienes aceptaron a la fuerza y otros mejor se retiraron y dejaron que ellos operaran para no meterse en problemas, por eso te digo que los conocimientos se degradaron, aprendieron de los que sabían, pero los nuevos no tenían de primera mano la información.
Pero, precisamente cuando cambia el negocio a manos del crimen organizado, es que comienzan a nacer grupitos, que son los que se están peleando las plazas y el trabajo. Entonces buscan otros métodos menos cuidadosos para robar el combustible.
—¿Cuáles son estos nuevos procedimientos? —Pues comenzaron con ocultar cisternas en camiones que transportaban material, como la grava, para pasar desapercibidos, pero es la competencia la que ahora tienen la que los hace buscar la manera de menudear el producto.
A las gasolineras ya no les va a convenir comprar 30 mil litros de gasolina robada en camiones pequeños: ¿Cuántos viajes tienen que hacer?, es muy riesgoso, entonces comienzan a perder estos clientes potenciales y buscan otros que les permita deshacerse rápido del producto.
—¿Cuáles serían estos clientes? —Camionetas de micros, autotransportes, clientes para poder menudear para que todo ello quede entre ellos mismos. Entre más discretos, mejor, que no salga de este círculo.
—¿Cuánto tiempo pasa desde extraer el combustible, transportarlo y venderlo? —Depende de sus clientes. Si ya tienen clientes para quienes se debe hacer su transportación se van directamente con el cliente, dos horas en perforar el ducto y cargarlo, una hora en transportarlo, depende de la distancia,hora y media en descargarlo con el cliente.
Cinco o seis horas en promedio, aproximadamente.
—Entonces, ¿conoce de cerca a quienes se han dedicado al robo de combustible? ¿Qué le contaban? ¿Es redituable este negocio? —Varios compañeros que han agarrado se han dedicado al transporte. Por lo regular como transportista de este producto te ofrecen 10 o 15% de lo que se lleva en una carga, si el negocio ese día es de 150 mil pesos, te llevas de 15 a 20 mil pesos.
Aunque el principal riesgo es perder tu libertad, creo que no lo vale.
Hay varias anécdotas. Un compañero en una ocasión nos contó que se le habían volado las llantas después de cargar el combustible entre el campo, en la madrugada llegó al primer poblado que encontró y le pidió al talachero que lo ayudara.
Llevaba los rines doblados y, como era tarde, el talachero dijo que no le iba a trabajar hasta el día siguiente.
Mi compañero con la angustia y la zozobra de que los soldados llegaran y lo descubriera, le pidió el mazo al talachero y comenzó a enderezar él mismo los rines con tal de irse. Como esta hay muchas anécdotas de los huachicoleros.
Ahora hay miedo porque los que se hacen pasar por Los Zetas llegan y les exigen transportar el combustible robado a los transportistas, si te niegas te amenazan, te golpean y se llevan las pipas.
Ahorita en el gremio del transporte se da mucho el robo de unidades, han llegado a matar por conseguir sus pipas para el traslado del combustible.
