Por Victoria Hernández
El verano en Europa ha estado lleno de eventos deportivos, ya sea a nivel regional o continental, esta estación ha comprobado ser ideal para organizar las máximas justas deportivas del mundo.
Entre las más grandes destacan la Eurocopa, que tan solo terminó el mes pasado, y ahora los ojos del mundo están puestos en los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.
La afición belga al deporte es grande, y aunque la gente no se muestra tan emocionada como lo estuvo en la Euro, sigue habiendo un gran número de personas que siguen los pasos de sus atletas favoritos día con día.
Aunque la delegación belga en la justa olímpica consiste de 110 atletas, poco menos que la delegación mexicana de 126, es interesante resaltar que es un país diez veces más pequeño que México.
Uno de los deportes más populares y seguidos es, curiosamente, el hockey sobre césped. Los Leones Rojos (como se hacen llamar) cuentan con una gran base de fanáticos y han competido por su nación desde hace varias décadas.
Lo curioso es que es un deporte que en México goza de muy poca popularidad y fuera de la capital de nuestro país es prácticamente imposible encontrar ligas. Uno pensaría que el clima, que nos beneficia a nosotros, haría que practicáramos más este deporte, pero al parecer los belgas les gusta morirse de frío.
Otro aspecto que llama la atención es la transmisión televisiva.
Como sabemos, en Bélgica las dos regiones que la conforman cuentan con sus respectivos canales de televisión pública en sus idiomas, lo que significa que hay dos transmisiones oficiales al mismo tiempo, una en francés y otra en neerlandés.
Por supuesto, cada canal trasmite lo que más le conviene o le interesa, y aunque son orgullosamente belgas, siempre estarán orgullosos primeramente de su región.
Por lo cual, si hay dos disciplinas en las que compiten belgas al mismo tiempo, casualmente las transmisiones siempre tendrán a alguien de su región antes que la otra.
En Bélgica los juegos olímpicos se realizaron en la ciudad de Amberes en 1920, en los que los belgas ganaron 14 medallas de oro, 11 de plata y 10 de bronce, su mejor medallero hasta la fecha.
En Río, la delegación ya obtuvo su primera medalla de oro en manos del ciclista Greg van Avermaet y se esta en espera de ganar más conforme pasen los días.
Esto prueba que ser una nación pequeña no impide el desarrollo y apoyo a los deportistas, demostrando que aún con diferencias lingüísticas tan abismales, el deporte es algo a lo que se le puede dar prioridad.
Aún nos queda mucho por aprender de Bélgica, que es un país chiquito pero picoso.