Las familias de Paulina Camargo y Lili Marlén Guevara están unidas por la búsqueda de sus hijas, ambas, embarazadas, desaparecieron y sus parejas sentimentales han confesado su culpabilidad
Por Mario Galeana
Paulina Camargo Limón y Lili Marlén Guevara jamás se conocieron. Eran mujeres jóvenes, que dibujaban, como en sueños, futuros brillantes para sus hijos.
Un 25 de agosto de 2015, Paulina desapareció. Un 2 de julio de este año, Lili desapareció también.
Las historias de ambas se unieron el pasado 23 de julio, cuando la familia de Paulina celebraba una misa por el cumpleaños número 20 de su hija ausente.
Hasta la parroquia de Nuestra Señora del Camino llegó la familia de Lili, pidiéndole a los padres de Paulina, Rocío Limón y Rolando Camargo, caminar juntos en la búsqueda por sus hijas.
Y, desde entonces, a las familias las une no la ausencia, sino el coraje, la búsqueda, el valor.
Parte de los restos de Lili fueron hallados este 26 de agosto: el mismo día en que los padres de Paulina protestaban frente a la Fiscalía General del Estado (FGE) por la falta de esclarecimiento del caso de su hija, que suma un año y cuatro días desaparecida.
O desaparecidos, porque junto con Paulina iba Daniel: el bebé de 18 semanas que gestaba en su vientre.
Ahí, frente a la FGE, con la uña de la ausencia clavada en la garganta, Rocío Limón exigió justicia para su hija, pero también para Lili, cuya noticia de su hallazgo –sólo han encontrado su cráneo las autoridades– corrió rápidamente el pasado viernes en portales de noticias.

TESÍA FACEBOOK/ LILIMARLEN.GUEVARAHERNANDEZ
Lili tampoco desapareció sola. Con ella se esfumó un ser de 10 semanas de gestación. Paulina y Lili jamás se conocieron. A ambas las unió, sin embargo, la violencia. La violencia de género. Porque sus presuntos homicidas eran sus ex novios.
Hombres que, según las indagatorias de las autoridades, prefirieron asesinarlas antes que tomar parte del cuidado de los niños que nacerían en unos meses.
José María Sosa Álvarez confesó, a unos días de su desaparición, ser el supuesto responsable del homicidio de Paulina. Pero la ausencia del cuerpo de la joven hace tambalear el caso con el que la Fiscalía logró su detención.
Mientras la defensa legal de Sosa Álvarez asegura que a finales de este mes podría obtener un amparo que garantice su libertad, las autoridades ministeriales han dicho a la familia de Paulina que existen las pruebas suficientes para que él no salga de la cárcel.
Sobre el caso de Lili, la Fiscalía poco ha dicho. De manera extraoficial, se ha señalado que su ex pareja, David Lobato, fue detenido el mismo día en que se hallaron los restos y confesó su asesinato.
Desde su desaparición, la familia de Lili señaló a Lobato como el principal sospechoso de cualquier agravio en contra de la mujer de 27 años.
La del viernes pasado fue una tarde lluviosa. El granizo cerró calles y comercios. Pero la protesta convocada por la familia de Paulina no fue cancelada. Motociclistas y personas a pie, cubiertas con impermeables, recorrieron las calles de la capital hasta las oficinas de la FGE.
“Soy la voz de Lili. Porque Lili apareció y también fue asesinada. También esto ha sido colmado por esos asesinos. ¿Van a dejar salir a esos asesinos?”, inquirió a través de un micrófono Rocío Limón.
Ayer, la Arquidiócesis de Puebla ofreció una misa en honor a Paulina Camargo. Un retrato de la joven, sonriente, fue dispuesto al centro de la Catedral, junto con un oso de peluche y flores. Su familia pidió, también, por la familia de Lili.
Porque aunque ambas jamás se conocieron, ahora las unen las fuerzas de sus familias. Y, sobre todo, la exigencia de justicia.
