La falta de servicios y la búsqueda para solventarlos afecta el bolsillo de quienes fincaron su vida en un asentamiento irregular

 

Por Guadalupe Juárez

Vivir en una zona de riesgo es toda una odisea en la que los únicos que salen perdiendo son los pobres en busca de hacerse de un patrimonio.

Al riesgo inminente de perder su vida y la de sus familias se suma el estrés continuo por vivir en el peligro; eso sin contar otro aspecto que los perjudica todos los días: el elevado gasto que deben pagar para suplir la carencia de servicios básicos o incurrir en la ilegalidad. Vivir en una zona de riesgo es peligroso, caro y demencial.

A decir de la presidenta de la Comisión de Desarrollo Urbano del cabildo de la ciudad de Puebla, Myriam Arabian Couttolenc, los asentamientos irregulares, que en su mayoría carecen de servicios básicos, provocan una pésima calidad de vida para quienes los habitan, que a su vez merma los bolsillos de los ciudadanos y ocasiona una serie de problemas a resolver a diario por el Ayuntamiento.

FOTO4“Esto (los asentamientos en zonas de riesgo) empezó en los años 60 y empieza a haber un desarrollo urbano sin control, sin planeación, en algunos casos con invasiones, ventas irregulares de predios, corrupción y,  desafortunadamente esto nos ha llevado a encontrar patrimonios de familias que están zonas de riesgo”, explicó.

Uno de los principales conflictos es la carencia de servicios básicos, por ejemplo en el abastecimiento de agua potable, el cual al no ser constante o no llegar a los lugares irregulares, los habitantes deben adquirir pipas que significan un gasto extra.

A esto se suma, añade la regidora, al gasto en transporte público, debido a que se trasladan de orilla a orilla de la ciudad,  ya sea a sus escuelas o centros de trabajo, para lo que destinan otra cantidad de dinero, por lo cual sus ingresos en otros rubros se ven afectados, esto a su vez genera más pobreza.

Uno de los problemas a los que la Comuna se enfrenta es encontrar que estas colonias se expanden debido a la venta de predios de manera irregular, acción que aumenta la población en riesgo, a los cuales no pueden  reubicar por falta de soluciones permanentes que evitense  vuelvan a asentar en el mismo lugar.

Para Arabian Couttolenc, la solución a esta problemática es la coordinación de los tres órdenes de gobierno, de forma que puedan realizar un proyecto integral donde los habitantes de estas zonas puedan mudarse a colonias céntricas, donde se cuenta con los servicios básicos, lo cual por ende disminuiría los gastos en este rubro, además del traslado a otros lugares, pues el uso y gasto en  rutas del transporte público también sería menor.

Además, indica, se tiene que trabajar en la prevención; el Ayuntamiento trabaja en un programa de desarrollo urbano con el sistema de catastro, de forma que el comprador pueda conocer de manera inmediata qué restricciones tiene la propiedad que adquirirá, entre ellos si se ubica junto a ductos de Pemex, por debajo de torres de luz o cerca de barrancas.

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