Pejistas desmemoriados
Otro político que también es víctima del síndrome de la Chimoltrufia, por aquello de así como dicen una cosa dicen otra, es el líder estatal de Morena, Gabriel Biestro Medinilla. Resulta que el desconocido dirigente de las hordas de pejezombis anunció que su partido le abrirá las puertas a todos aquellos militantes que renuncien a sus partidos. La convocatoria, además, incluye que puedan buscar puestos de elección popular. Lo tragicómico del asunto es que el pastor, perdón... el dueño, perdón... el cacique, perdón... el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador, pregona por todos lados que su partido no se parece a ninguno ni incurre en las mismas prácticas. Ya se vio que no. ¿Será?
Hueso obradorista
Y ya que estamos en temas de Morena, le podemos confirmar que la designación del próximo candidato a la gubernatura saldrá del grupo que resulte ganador de la pugna que tienen el delegado de Cuauhtémoc en la Ciudad de México, Ricardo Monreal Ávila, y del senador del PT Manuel Bartlett Díaz. El primero apoya al edil de Cholula, José Juan Espinosa Torres, mientras que el segundo quiere extender el nepotismo con su sobrino, el diputado federal Rodrigo Abdala. Un tercero en discordia es el actual delegado del IMSS, Enrique Doger Guerrero, quien pese a no tener padrino su mejor carta es el posicionamiento que tiene en las encuestas. ¿Será?
¿Y los desaparecidos?
Un tema que las autoridades no deben perder de vista es el vacío informativo que existe sobre las personas que se encuentran en calidad de desaparecidas en la Sierra Norte. Son los fantasmas de la tragedia. En toda contingencia existen, pero precisamente el seguimiento que se lleva de ellos permite tener claridad de la magnitud del problema y montar el dispositivo necesario para su localización. Su simple inclusión, además, es una forma de honrarlos –si es que llegara a existir una defunción– y ofrece la certeza legal a sus familiares.
Visita tricolor
La estrategia priista está en marcha. Los peñanietistas están dispuestos a reconocer todo lo que esté mal y hablarle al corazón del priista. Enrique Ochoa Reza, líder nacional del tricolor, que es la avanzada rumbo al 2018. Un dirigente no priista. La pregunta salta: ¿le dará tiempo?