La comisión encargada de la búsqueda de los normalistas de Guerrero, desaparecidos el 26 de septiembre de 2014, responsabiliza y exige al gobierno que presente con vida a los estudiantes

Por Guadalupe Juárez 

A dos años de distancia de la desaparición de los 43 normalistas de la escuela rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, las dudas no han sido resueltas y los padres  guardan la esperanza de que se encuentren con vida.

“Nosotros no estamos buscando en fosas, nosotros creemos que están vivos y el gobierno no nos quiere decir dónde los tienen”, expresaron en conferencia de prensa el sábado pasado en la capital del estado de Puebla.

Sin descansar y al estar lejos de sus casas, los representantes aseguraron que no se detendrán hasta “llegar a la verdad” de lo sucedido la madrugada del 26 de septiembre de 2014.

La comisión formada por dos de los 43 padres de familia consideró que a raíz de la desaparición de los estudiantes “el país despertó”, por lo que el presidente Enrique Peña Nieto perdió su credibilidad al no resolver el caso.

“Es una vergüenza este gobierno, hemos tenido que buscar ayuda con otros países porque aquí no pueden resolver (las desapariciones)”, aseveró Carlos Hernández Lorenzo Muñoz, quien describió que desde hace dos años no hay día que no piense en que su hijo esté con vida y que regresará a su casa con su familia.

“Dicen que los hombres no lloran. Pero a veces, lejos de casa y de tu familia, a veces lloramos. Mi vida ha cambiado, ya no veo a mis otros hijos, hace un año que no voy a mi casa y aquí estoy en la lucha, y no pararemos hasta saber qué pasó con nuestros hijos”, relató Juan Colón Juárez, el padre del joven de 19 años de edad Cristian Tomás Garnica, uno de los normalistas de hace dos años.

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Ambos padres declararon que la investigación no ha avanzado y siguen sin encontrar indicios para averiguar el paradero de los 43 alumnos de la normal rural.

Según las coincidencias de la versión oficial e  investigaciones independientes, los estudiantes de la normal de Ayotzinapa se dirigieron a Iguala (Guerrero) en autobuses que habían “tomado” para recaudar fondos, ya que asistirían a una protesta en la Ciudad de México, sin embargo, antes de llegar fueron atacados por policías, quienes se los llevaron con rumbo desconocido.

“No nos dejen solos. Todavía debemos exigir que nos digan la verdad. Nosotros no tenemos miedo al gobierno, no nos van a callar hasta que nos digan qué hicieron con nuestros hijos”, concluyeron los padres de familia.

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