¡Feliz cumpleaños, México querido!
Eres más grande que tus políticos
y tus profesionales de la queja.
LIDAR es un acrónimo en inglés —igual que lo era originalmente la palabra radar— que se refiere a la toma de datos digitales relativos a la elevación y contorno de terrenos.
En topografía, dicha tecnología sirve para la elaboración de mapas de alta resolución mediante la medición de distancias con la ayuda de un láser.
Desarrollado en los años 60, el LIDAR ha sido útil en campos tan diversos como la meteorología, la minería y la investigación del espacio.
En México comenzó a usarse por parte de la Comisión Federal de Electricidad para mapear terrenos en el proceso de construcción de presas.
Recientemente, ha echado mano de este instrumento el Instituto Nacional de Antropología e Historia para investigar sitios arqueológicos como El Tajín, en Veracruz, y Mayapán, en Yucatán.
El 18 de agosto pasado, la Procuraduría General de la República informó a los familiares de los estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y a sus representantes legales que había comenzado a usarla para escudriñar los cincos polígonos sugeridos por el Grupo de Expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en su informe final.
La noticia que la PGR comunicó a los familiares es que se han localizado 41 sitios en esos cinco polígonos donde presumiblemente hay movimientos de terreno que pudiesen indicar la existencia de fosas clandestinas.
Dicha información surgió de un mapeo realizado mediante avionetas dotadas de alta tecnología —realizado por una empresa búlgara contratada ex profeso por el gobierno mexicano— y el posterior análisis de las imágenes digitales por parte de especialistas en geología, topografía, interpretación de fotografías y hasta arqueología.
Antes de que la reunión fuese suspendida por la inconformidad de los familiares de los desaparecidos con la permanencia de Tomás Zerónal frente de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR —cosa que se resolvió el miércoles por la tarde—, se acordó revisar la información proporcionada para emprender una búsqueda física en el terreno.
Fuentes cercanas a la investigación sobre el caso Iguala calificaron el hallazgo de estos datos topográficos como prometedores.
Explicaron que no había seguridad alguna de localizar restos relacionados con los hechos del 26 y 27 de septiembre, pero que los sitios identificados sí parecen característicos de entierros clandestinos, por sus dimensiones y el hecho de que se hubiese removido tierra.
Detallaron que en ninguno de estos lugares hay obras de infraestructura que justificarían una excavación.
En un caso, uno de los expertos que analizaron las imágenes observó en la superficie del terreno una piedra que sólo es posible encontrar en el subsuelo.
Otro de los lugares presenta una inusual emisión de calor proveniente del subsuelo, que podría indicar la presencia de materia orgánica.
En todo caso, lo que realmente hay ahí no puede ser determinado sin una inspección in situ, cosa que dependerá de que los familiares de los desaparecidos acepten que ésta se realice y decidan mandar una comisión al lugar que acompañe a los especialistas y agentes ministeriales.
Hay que recordar que en la zona en la que se encuentran dichos polígonos —los municipios guerrerenses de Iguala, Cocula y Huitzuco— no sólo hay 43 personas desaparecidas en años recientes sino cuando menos 250, de acuerdo con denuncias de familiares.
La contratación de la empresa búlgara que provee el servicio de LIDAR a la PGR —y tiene licencia para usar tecnología alemana, estadunidense y rusa— fue contactada por el gobierno mexicano a través de los embajadores de la Unión Europea acreditados aquí, entre ellos el de Bulgaria.
Luego de la polémica sobre los restos humanos encontrados en el basurero de Cocula y la ribera del río San Juan, y tras la falta de resultados de 657 acciones realizadas por la PGR, para localizar a los desaparecidos, el uso de LIDAR ofrece esperanzas para saber qué pasó hace casi dos años con esos jóvenes.