Fundadora del exitosísimo periódico digital The Huffington Post, Arianna Huffington (Atenas, 1950) estuvo ayer en México para dar el banderazo a su edición internacional número 16.

El sitio HuffPost México será dirigido por la periodista Laura Manzo y surge de una alianza con Grupo Imagen Multimedia, empresa matriz de Excélsior y de la nueva cadena nacional de televisión abierta digital que comenzará transmisiones próximamente.

La colaboración de The Huffington Post con medios internacionales se inició hace cinco años y ha implicado una incursión en los cinco continentes, la contratación de centenares de editores locales en una veintena de países y la publicación diaria de unas mil 500 piezas de contenido en diez idiomas.

Entre sus socios están medios de gran prestigio como El País, Le Monde y el Asahi Shimbun. Ahora también estará Grupo Imagen Multimedia.

La empresaria llegó a México el miércoles por la tarde, casi al mismo tiempo que partía Donald Trump, un hombre a quien ella y su medio han señalado como “peligroso”.

El lanzamiento del HuffPost México debía hacerse en 2017, pero fue adelantado para coincidir con la campaña electoral en Estados Unidos.

Esto fue, me dijo Arianna Huffington, porque “queríamos contar la verdadera historia de México a los electores estadunidenses, no la imagen sesgada que ha surgido de la campaña de Trump”.

En entrevista para la Segunda Emisión de Imagen Informativa dijo que hacer frente, con información real, a los comentarios del magnate –como los que ha vertido sobre los mexicanos que viven en Estados Unidos– es un deber periodístico.

“Tenemos que hacer nuestra parte para que no prevalezca esta política de estigmatización que cuestiona la legitimidad de las personas simplemente por tener herencia mexicana. Debemos ponerles rostro para que se les vea como seres humanos y no como enemigos”, explicó hace unas semanas al sitio digital Politico.

—¿Cuál sería la diferencia entre el HuffPost México y las otras 15 ediciones internacionales? –le pregunté ayer–.

—Cada una es diferente porque lo que nosotros hacemos es contratar periodistas locales –en este caso, mexicanos– para que se enfoquen en historias que sean importantes para el país.

“Uno de los pilares editoriales de The Huffington Post es cubrir lo que sí funciona, además de exponer lo que está mal. Es decir, no hablar solamente de los problemas. Por supuesto que vamos a tocar temas como la inseguridad y la desigualdad en México, pero también queremos hablar de las soluciones.

“Queremos hablar de las cosas fascinantes que ocurren en este país; del trabajo que hacen las fundaciones, pero también de los individuos para resolver problemas en sus comunidades.

“Ésta es una empresa que ya ganó un premio Pulitzer y que tiene más de 800 reporteros en todo el mundo, pero también es una plataforma abierta a todos los que quieran contarnos sus historias”.

—¿Qué opina de la colaboración entre los medios tradicionales y los llamados medios nativos?

—Hay una convergencia, definitivamente. Cuando se lanzó The Huffington Post, en 2005, eran dos mundos muy diferentes: el de los medios impresos y el de los medios digitales nacidos en internet, como era el nuestro.

“En aquel entonces, aquéllos no nos tomaban muy en serio, pero los medios tradicionales han ido cambiando y ahora hay redes sociales. The Huffington Post ha demostrado que hace periodismo serio, y que la única diferencia es que nosotros nacimos en línea. Eso nos da muchas ventajas, porque no hemos tenido que incurrir en los costos de papel y tinta. Es un tiempo muy emocionante para el periodismo”.

Hace menos de un mes, Arianna Huffington dio a conocer, sorpresivamente, que dejaba la dirección del periódico digital para dedicarse a Thrive, una iniciativa que pretende lograr un equilibrio entre los tiempos dedicados al trabajo y al ocio.

Para ello se ha metido en el estudio del sueño y los buenos hábitos de salud.

Un desmayo sobre su escritorio, causado por agotamiento, la hizo emprender ese camino.

“Queremos convencer a las empresas de que las jornadas laborales extenuantes causan improductividad en sus trabajadores. Es necesario modificar la manera en que vivimos y trabajamos”.

Qué difícil lograr ese cambio en este oficio, con los ciclos noticiosos de 24 horas y la adrenalina que los periodistas nos llevamos a la cama.

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