Protestan contra matrimonio igualitario, pues dicen es un “derecho divino de los heterosexuales”
Por Carlos Anzures
“Rifle, cañón, escopeta. Rifle, cañón, escopeta. A la familia se le respeta”
La manecilla grande del Gallito ni siquiera llega a las 12:00. La consigna es liderada desde las gargantas y micrófonos de cinco animadores sobre un templete instalado afuera de la “Villita”.
Escuchar esas palabras a cuadra y media del Paseo Bravo evoca cierta hostilidad de los congregantes a la marcha, como si de algo se les hubiera despojado injustamente.
La Avenida Reforma desde la 11 hasta la 13 Sur comienza a coparse de gorras y playeras blancas, sombrillas blanquiazules, turquesa y tricolor, pancartas y lonas.
“Mamá (palabra ilustrada con unos labios rojos) + Papá (con un grueso mostacho)= YO”, se lee en varias carteles, con lo que las expresiones ya cumplen con un estigma.
Pasa de las 12:00 horas. De un camión siguen bajando señoras, niños, abuelitos. Algunas familias aprovechan para llevar sus hieleras llenas de agua embotellada y paletas congeladas para venderlas a los que seguramente se les secará la boca por el aplastante sol.
“Bolis de a 10”, dicen las cartulinas anaranjadas fluorescentes.
Y es que muchos manifestantes podrán estar en contra de formas de matrimonio distintas a las dictadas por su formación o aún no reconocidas por la ley, pero si de sacar provecho se trata, no importa recurrir al comercio informal.
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La marcha está fluyendo. La cabeza ya cruza la 9 Sur.
—¿Cuál es el motivo de su manifestación?- se inquiere a una señora con un bebé en brazos.
—¿Acaso a usted le parece poco, joven? ¿Usted permitiría que le quiten sus derechos?
—¿Qué derechos le han quitado?
—Pues los derechos que Dios nos dio, de formar una familia, de respetar la educación de nuestros niños.
La señora toma a su marido del brazo y avanza, visiblemente molesta, como si la respuesta fuera obvia y este interlocutor estuviera desconociendo alguna ley única y universal.
—Oiga, don ¿qué derechos les están vulnerando?
—Que ya nada es normal, el gobierno no se da cuenta del daño que está provocando, nuestros hijos están creciendo ¿y luego?
—Y luego ¿qué?
—Pues están viendo cosas que no son normales, Dios lo dijo: te pongo a ti hombre y te pongo a ti mujer y tengan hijos. No puso a dos hombres o a dos mujeres a parir chamacos.
El quincuagenario, robusto y jovial hombre no deja de alzar las cejas y fruncir el ceño para acomodarse los lentes sin usar las manos.
Quizás es el sudor de su frente provocado por el sol lo que hace resbalar sus anteojos. O quizás es el intento de voltear sus ojos forzadamente a su izquierda, donde viene caminando una chica de ¿23, 24 años? vistiendo pantalón blanco ajustado.
En sus ojos se puede ver cómo debe forzar la mirada para ver a la muchacha, pero su esposa no lo nota.

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Casi es la una de la tarde. Cuatro muchachos portan grandes banderas moradas, la marcha cruza la 3 Norte-Sur, pero ellos están estacionados.
“Creo en Dios y estoy a favor de la diversidad”, rezan las telas moradas.
—Vengo a favor de la diversidad de las familias, defiendo desde el catolicismo la familia diversa porque hay elementos que nos dan para decir que Dios incluye, que en Dios caben todas las familias. Sé que Dios es diversidad y que esta marcha es pacífica –expresa uno de ellos, Saúl Morales se llama–.
Corriendo, un señor como de 70 años me alcanza.
—Ey, cht, cht. Esos que entrevistaste ¿se dicen católicos?
—Sí, eso dijeron.
—¿Católicos? ¡Jaaaa! Bola de putos. Son eso o son maricones, las dos cosas no se puede ¡jajaja!
—¿Es usted católico?
—No, no, no. Yo soy evangélico.
—Y cuál es su postura en esta marcha.
—¿Cómo que cuál? ¿No le dijeron que no es normal que dos hombres se quieran casar? ¿Usted de dónde viene, de un hombre o de una mujer?

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El grueso de la manifestación ya está en el Zócalo de la capital poblana. Un grupo de danza folclórica regional ameniza la llegada sobre un templete a un costado de la catedral, en la 3 Poniente.
La logística del evento está organizada por… ¡claro! son alumnos y exalumnos de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.
-El animador y conductor del evento, exalumno UPAEP si no mal recuerdo, participó en La Academia.
Del lado de los espectadores un grupito singular se observa. Un círculo de chavitos tomados de las manos está formando un cerco. ¿A quién estarán cuidando? “¡Señor arzobispo, señor arzobispo! ¿Cuál es su postura en esta manifestación?”, abordan reporteros a la máxima figura eclesiástica del estado.
Víctor Sánchez Espinosa, acompañado de los obispos auxiliares, Felipe Pozos y Eugenio Lira Rugarcía, sólo hace una mueca y mueve la cabeza indicando que no dará entrevistas durante la manifestación.
Siguen llegando al zócalo, ahora ya con grandes imágenes de la Virgen de Guadalupe, varias familias y grupos de jóvenes, muchos niños.
Algunos tan pequeños que es poco probable que comprendan por qué están ahí.
Es muy confuso, mientras algunos despotrican en contra de las uniones conformadas por parejas del mismo sexo, otros aseguran estar ahí sólo para defender a la familia tradicional, para exigir al gobierno, al senado, a los políticos, a defender el mandato de Dios, a no ir ‘contra la naturaleza’.
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“Estamos pidiendo que en el Senado de la República se apruebe y se vote sin modificaciones la iniciativa ciudadana que presentan los mexicanos y las mexicanas el pasado 23 de febrero, porque es de vital importancia hacer que las familias estén protegidas y que cuenten con todas las condiciones idóneas para su desarrollo; eso se va a dar en medida de que tengamos ciudadanos sanos, responsables, que transmitan y vivan los valores de México”, declara María Eugenia González, vocera del Frente Nacional por la Familia.
—Pero ¿quiénes son los no sanos?— cuestionan algunas personas que observan la manifestación.
“Un momento - dice María Eugenia González a los reporteros- me están confirmando que a esta marcha llegaron 85 mil familias, perdón, personas, 85 mil personas”.
“¿85 mil? Ni siquiera clonando a cada uno de los asistentes por dos, ni por 10, tal vez por 16”, respondió una persona, ocultándose en el tumulto.
El aforo de los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán y Acrópolis de Puebla en conjunto sería de 62 mil personas, es decir 23 mil menos que lo reportado por la vocera del Frente Nacional por la Familia.
Aunque reportes de prensa señalan que la marcha contó con aproximadamente cinco mil perrsonas, que serían dos mil más de las que se congregaron en la anterior manifestación, la cual se dio el 3 de julio.
El acto continúa, el grupo de danza folclórica regional sigue amenizando el evento bajo los incesantes rayos de sol.
Señoras con porte de alta moral observan con una mirada fuerte y poco alegre la presentación dancística, sin poner atención en que sus esposos observan y filman con sus teléfonos celulares a las atractivas bailarinas, quienes se presentan en diminutos trajes de baño.

