Por Mario Galeana 

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Fiscalía General del Estado (FGE) investigan el asesinato de Aurelio Cabrera Campos, director del semanario El Gráfico de la Sierra, quien fue baleado mientras circulaba por la autopista México-Tuxpan, a la altura del municipio de Huauchinango, la noche del miércoles pasado.

Hasta ahora, las autoridades no han dado a conocer el posible móvil de la agresión contra el periodista. Según versiones publicadas en medios de comunicación, antes de morir Cabrera Campos señaló como al actor material del ataque a otro periodista de la región.

En un comunicado emitido la tarde del 15 de septiembre pasado, la FGE indicó que el fiscal general del estado, Víctor Carrancá Bourget, y el fiscal especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo Nájera Herrera, trabajan en colaboración para lograr el esclarecimiento del caso.

Poco después de las 23:00 horas del miércoles pasado, sujetos armados a bordo de una camioneta Nissan Titán de color gris cerraron el paso al vehículo donde viajaba el periodista e iniciaron detonaciones de arma de fuego en su contra.

El director del semanario fue trasladado al Hospital General de Huauchinango y, durante la madrugada del jueves pasado, perdió la vida. Las autoridades de salud habían programado su traslado a un hospital de la ciudad de Puebla.

El semanario El Gráfico difundía, sobre todo, noticias policiacas relacionadas con secuestros y extorsiones registradas en la Sierra Norte del estado. Esto, de acuerdo con el director del diario El Caminante, Pablo Estrada Hernández, podría ser el móvil del asesinato del periodista.

Estrada Hernández reveló al periódico Cambio que Cabrera Campos ya había sido amenazado de muerte por bandas delictivas que operan en la Sierra Norte.

La CNDH consideró que el asesinato del periodista, “además de vulnerar la libertad de expresión de los comunicadores, priva a la sociedad de recibir información y genera espacios de autocensura en algunas regiones del país”.

En un comunicado, el órgano nacional de defensa de derechos humanos recordó que, desde 2000 hasta ahora, suman ya 118 comunicadores asesinados en el país, lo que ubica a México como “uno de los más riesgosos para ejercer el periodismo”.

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