Lo que nadie había podido hacer el presidente Peña lo logró: unir a todas las iglesias cristianas en su contra.
Todas las iglesias que de una u otra forma tienen inspiración en Jesús, incluida la católica, marcharán el próximo fin de semana repudiando la propuesta del presidente Peña de elevar a rango constitucional los matrimonios entre personas del mismo sexo, además de permitir la adopción de menores.
La iniciativa la presentó el presidente de la República exactamente a la mitad de la campaña electoral del 2016, cuando el PRI se batía contra el PAN en 12 entidades del país, de las cuales terminó por perder siete.
El movimiento en contra de esta iniciativa ha estado abanderada principalmente por la Conferencia del Episcopado Mexicano, entre los que destacan por su activismo los obispos de Chihuahua, Culiacán, Puebla y el de la Ciudad de México, Norberto Rivera.
Los tres primeros apoyaron sendas marchas en sus respectivas arquidiócesis contra la iniciativa de legalizar las uniones entre personas del mismo sexo, pero más en contra de permitir la adopción.
Al radicalismo de la Iglesia católica ahora se suma también el de las protestantes, que se adhieren abiertamente al activismo de la católica para rechazar esta medida. Puebla, por supuesto, es uno de los puntos más importantes en todo el país.
La marcha programada para este fin de semana pretende algo nunca visto en Puebla: congregar a más de 80 mil personas en contra de la iniciativa peñista, lo cual suena impresionante.
Sólo la procesión del Viernes Santo en Puebla ha logrado congregar a un número mayor de participantes, más de 100 mil, que recorren las calles por la pasión de Cristo hace casi dos mil años.
La Puebla levítica amenaza con convulsionarse en caso de que se lleve a cabo una congregación popular de este tipo, pero llama la atención que el presidente Peña uniera a la Iglesia católica poblana –una de las más radicales– con las iglesias evangélicas.
Desde los años 70 en Puebla no se vivía tal efervescencia religiosa.
Tras el restablecimiento de las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado mexicano en el gobierno Carlos Salinas de Gortari, es notable la manera en que los obispos de nueva cuenta influyen en muchos temas de la vida del país.
Incluso, en algunos casos se ha estudiado que algunos pudieran ser postulados a puestos de elección popular.
El tema es que el próximo fin de semana, según los organizadores, más de 80 mil almas desfilaran para enviar un mensaje contundente contra el presidente Peña, para tratar de forzarlo a rechazar las uniones entre personas del mismo sexo, sobre todo en el tema de las adopciones.
El gobernador Moreno Valle tiene una semana para tratar de desactivar este tipo de manifestaciones, las cuales no creo que sean muy bien vistas por parte de la Federación.
El espaldarazo del CCE
Rompiendo un poco su tradicional “apartidismo”, el Consejo Coordinador Empresarial de Puebla le dio el pasado viernes el espaldarazo al gobernador Rafael Moreno Valle para que se convierta en el candidato del PAN a la Presidencia de la República.
El pasado viernes, en el Hotel Quinta Real, el CCE llevó a cabo el cambio de presidencia; Fernando Treviño, quien realizó un excelente trabajo el frente del organismo cupular en Puebla, trasladó la estafeta a Carlos Montiel Solana, expresidente de la Coparmex, hombre de probada capacidad en el manejo de los organismos empresariales.
Treviño dejó en muy buenas manos al Consejo Coordinador, Carlos realizó un estupendo trabajo al frente del “sindicato patronal” poblano y ahora, al frente del organismo más importante del sector empresarial, sin duda entregará buenas cuentas.
Montiel Solana ha establecido excelente relaciones con todos los sectores sociales de Puebla y es un impulsor de la participación ciudadana, además de tenen una excelente interlocución tanto con el mandatario estatal Rafael Moreno Valle, como con el gobernador electo Tony Gali.
