Lo inevitable sucedió, el hilo siempre se corta por lo más delgado y eso es lo que ocurrió el día de ayer, cuando de manera oficial el presidente de la República anunció la salida de Luis Videgaray Caso de la Secretaría de Hacienda.

Desde hace tiempo se hablaba ya de la salida de Videgaray del gabinete peñis-ta, sobre todo luego de que Manlio Fabio Beltrones Rivera dejara la dirigencia nacional del PRI.

Mucho se habló de que el mexiquense dejaría la Secretaría de Hacienda para irse a dirigir al “partidazo”, lo cual finalmente no ocurrió, pero si envió Videgaray a una de sus gentes, Enrique Ochoa Reza, quien trabajaba al frente de la Comi-sión Federal de Electricidad.

En este mismos espacio hablamos de la posibilidad de que Videgaray dejara la Secretaría de Hacienda y adelantamos que su lugar, en caso de darse el esce-nario de la dirigencia nacional, sería ocupado por José Antonio Meade Kuribre-ña, lo cual si bien no ocurrió por la circunstancia antes ya descrita, si se da aho-ra como parte de estos enroques, que deja como saldo la mal lograda visita del candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump.

Fue el periodista Raymundo Riva Palacio, quien señaló a Videgaray de ser el au-tor intelectual de la visita del magnate norteamericano a nuestro país, a lo cual se oponía Osorio Chong, y de la qué ni estaba enterada la Canciller, Claudia Ruiz Massieu.

El saldo final de la mal lograda visita de Trump a México fue la “gota final” que “derramó el vaso” de la paciencia, alguien tenía que “pagar los platos rotos” y ese fue Videgaray.

Una lectura más de la salida del mexiquense de la Secretaría de Hacienda es que al parecer el camino del 2018 queda libre para Osorio, quien desde Gober-nación debe de comenzar a tejer su candidatura.

Al lugar de Videgary arriba José Antonio Meade, un personaje recurrente en es-te espacio por sus nexos tanto con personajes del priismo poblano, como del panismo y específicamente con el gobernador Moreno Valle y su mano derecha, Roberto Moya Clemente.

Meade fue subsecretario y secretario de Hacienda en la pasada administración federal, con el expresidente Calderón, fue el único de aquella gestión que se mantuvo con la llegada del peñismo a Los Pinos, ya que fue designado en pri-mera instancia secretario de Relaciones Exteriores y luego titular de la secreta-ría de Desarrollo Social.

“Toño”, como lo suelen llamar sus amigos, es un personaje muy sencillo, algu-nos dicen que esta puede ser su mejor carta de presentación para convertirse en el candidato del PRI a la presidencia de la República en el 2018, amén de que es bien visto tanto por panistas como por priistas.

De hecho, su designación como nuevo secretario de Hacienda fue aplaudida tanto en Casa Puebla como en el PRI de la Diagonal, en donde despacha un an-tiguo compañero de estudios en el ITAM, Jorge Estefan Chidiac.

La sorpresa en las designaciones fue la salida de Luis Miranda, el amigo del presidente Peña, sus “ojos y sus oídos” dentro de la Secretaría de Gobernación, para arribar a la Secretaría de Desarrollo Social.

Miranda es otro viejo amigo de Puebla y aliado del gobernador Moreno Valle.

Cuando el oficial mayor de la Segob, Jorge Márquez, instaba a Osorio Chong a ir a una guerra en contra del gobernador Moreno Valle, Luis Miranda medió para hacer del gobernador de Puebla un “aliado político”.

Los enlaces designados fueron por el lado de Miranda, el empresario Pepe Che-draui, y por el lado del morenovallismo, Luis Maldonado Venegas, el resto ya es historia.

Por cierto, algo a tomar en cuenta, el mejor amigo poblano del nuevo titular de la Sedesol, Luis Miranda es Alberto Amador Leal, el exdiputado federal, a quien anote para ocupar una cartera importante dentro de esa Secretaría.

La amistad entre Miranda y Amador data de los tiempos en que Miranda era el secretario General de Gobierno en el Estado de México, de la mano de Enrique Peña Nieto.

 

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