Por Victoria Hernandez
Un expatriado es una persona que reside en un país diferente al que nació de manera temporal o permanente, comúnmente se les refiere a estas personas como expats.
Como era de esperarse, Bruselas siendo la majestuosa capital de Europa, es una urbe llena de expats. Simplemente es la segunda ciudad con más diplomáticos en el mundo, solamente después de Nueva York. También es la ciudad con mayor tráfico del mundo de automóviles oficiales en el mundo y es la sede de instituciones como la OTAN y la Comisión Europea.
Desgraciadamente en lo que va del año, Bruselas ha estado en el ojo del huracán por las peores razones. Tras los ataques del 22 de marzo, se descubrieron fallas deplorables en los sistemas de seguridad y de migración, asimismo dejando en ridículo a las fuerzas policiacas y al ministerio de seguridad. El mostrar el problemático barrio de Molenbeek al mundo, solo le trajo mala fama a la ciudad e instigo miedo entre los futuros turistas.
No obstante, Bruselas se logró levantar y sigue siendo una capital de extrema importancia para instituciones, lobistas, diplomáticos y expats en general.
Un ejemplo es la experiencia de ser un mexicano expatriado en Bruselas. Nuestro país cuenta con una Embajada ante el Reino de Bélgica y una Misión ante la Unión Europea. Además de sus respectivas tareas diplomáticas, estas instituciones se encargan de velar por el bien de los ciudadanos mexicanos en el extranjero, además de ser la conexión entre el gobierno y la población. Por otro lado también son los que se encargan de poner el nombre de México en alto y de recordarle a sus expats que están ahí para ellos.
Un gran ejemplo es el festejo de las fiestas patrias en Bruselas. El 15 de septiembre fue un día de extrema importancia para el mexicano estándar y lo expats mexicanos no se quedaron atrás. Por la mañana la famosa figura del “Manneken pis” fue vestida de charro para conmemorar la independencia, la cual fue acompañada de cantos y tradiciones. Al caer la tarde, la Embajada organizó una fiesta para la gran comunidad de mexicanos y amigos de México, en este evento se encargaron de proveer distintos tequilas y bebidas, así como antojitos clásicos y dulces típicos y dar el tradicional grito encabezado por el Embajador.
Este tipo de experiencias hacen del vivir fuera de la madre patria, algo divertido y fácil de sobrellevar. No estoy diciendo que algún día las papas fritas lleguen a reemplazar a los tacos al pastor, pero si que en algún punto, las pupilas gustativas llegarán a disfrutar los dos de la misma manera. Es así como se obtiene lo mejor de los dos mundos, pues al final del día, de eso trata el ser expat.