Caminos conocidos, los "enganchadores" de víctimas de explotación sexual son raptadas o convencidas en estos puntos de Puebla y comercializadas en los destinos señalados aquí, mexicanos y extranjeros
Ser padrote no es fácil: especialista
Por: Guadalupe Juárez
“Utilizar ‘el verbo’ para convencerlas. El reclutamiento es engañar a una mujer, apoyándose en los vínculos afectivos para inducirla y obligarla a entrar al mundo de la prostitución y, cuando no es suficiente, utilizan la violencia, la secuestran y obligan a ejercer la prostitución”.
Así es como describe el investigador Óscar Montiel Torres “el oficio del padrote” en su tesis Trata de personas: padrotes, iniciación y modus operandi , en la que, a través de testimonios de personas que se dedican a explotar sexualmente a mujeres, describe la forma en la que operan, dando un esbozo de su forma de pensar y las características con las que deben de contar para “trabajar” de esta forma.
¿Qué es un padrote? Montiel Torres responde en su trabajo: “es un varón que se inicia, aprende y desarrolla un sentido práctico para engañar, reclutar y prostituir a mujeres en un campo del comercio sexual femenino. Desarrolla y aplica mecanismos de poder sobre el cuerpo femenino, relacionados con el convencimiento verbal, práctico y de violencia, que asegura la docilidad y subordinación de la mujer prostituida al poder que ejerce sobre ella”.
Pero la aspiración no sólo es ser padrote, sino poder trascender las fronteras, tener mujeres en Estados Unidos y Europa, porque conformarse con hacerlas trabajar en hoteles de Puebla, Atlixco o Apizaco es ser un “poquitero”, y tener mujeres en Alemania y España, es ser uno de los “meros buenos”.
En La Meca no hay calle sin un padrote, relata un habitante de esa comunidad del municipio de San Miguel Tenancingo Tlaxcala, en la que los jóvenes aprenden a padrotear de dos modos: “uno es por la familia y el otro es a través de los amigos, pues los varones que se dedican a esta actividad transmiten sus conocimientos a los demás”.