Las pérdidas ocurren en las etapas de producción, desde la cosecha, hasta el consumo: Sagarpa
Por Alejandro Suárez
En México se desperdicia 37% de los alimentos, lo que equivale a productos que podrían llegar a siete millones de personas en pobreza alimentaria, reveló Fernando Soto Baquero, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) en nuestro país.
“En México, la Cruzada Nacional Contra el Hambre estimó en su momento que se alcanza un índice de pérdidas y desperdicio de alimentos en México, similar a 37%, con lo cual podrían alimentarse a siete millones de personas”, dijo Soto Baquero en la ceremonia de inauguración del Taller de medición y análisis de pérdidas de alimentos, impartido por la FAO.
Según datos del organismo internacional, productos como la leche, chiles y semillas se pierden en 5%, mientras que en alimentos como manzana, huevo, limón y mango, la tasa llega a 10%, y el desperdicio de plátano asciende a 13%.
Dichas cifras mantienen ocupadas a las autoridades mexicanas, ya que desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca Cadena. Las pérdidas ocurren en las etapas de producción, desde la cosecha, hasta el consumo: Sagarpa y Alimentación (Sagarpa) se trabaja para reducirlas a partir de un mejor trabajo en la cadena de producción, afirmó Jorge Armando Narváez, subsecretario de Agricultura.
“Las pérdidas y desperdicios de alimentos suelen ocurrir en las distintas etapas de la cadena alimentaria, es decir, durante la cosecha, el transporte, el almacenamiento, e incluso la distribución y consumo de los mismos, es por ello que en la Sagarpa trabajamos todos los días para tener una mayor productividad y eficacia en el campo, además de una mejor distribución de los alimentos”, afirmó el funcionario.
Las cifras de México son acordes a las de todo el mundo, pues en el planeta, un tercio de la producción de alimentos se desperdicia en algún punto desde la cosecha hasta antes de llegar al consumidor final.
De acuerdo con Tania Santivañez, oficial de Protección Vegetal de la FAO, existen consecuencias de todo tipo derivadas del desperdicio.
Por ejemplo: al año se pierden 750 mil millones de dólares, el equivalente al PIB de Argentina en 2011; además de que se emiten tres mil 300 millones de toneladas de bióxido de carbono a la atmósfera. Otra consecuencia del desperdicio es la social.
La FAO estima que el alimento que termina en la basura se requerirá muy pronto, ya que las estimaciones del crecimiento demográfico dicen que en poco más de tres décadas la población mundial aumentará a tres mil millones de personas, por lo que será insostenible tanto desperdicio.
“Estos retos precisan cambios estructurales hacia el futuro, en la forma en que se producen los alimentos, mayor conexión, cambio en los patrones de consumo, en el aprovechamiento, y en este sentido se deben reducir las pérdidas”, añadió Fernando Soto Barquero.