Timing blanquiazul

Rafael Moreno Valle esperaba el mejor momento para anunciar su interés por buscar la candidatura del PAN a la Presidencia. Pasada la elección y con el triunfo de su candidato en la bolsa, los tiempos se alinearon naturalmente. Montó una estrategia de acercamiento con el panismo nacional. Su discurso está centrado en tópicos muy sensibles para el PAN: unidad, ejemplo de buen gobierno, triunfador electoralmente, un hombre de poder panista que sabrá hacer frente a los problemas del país. El jueves pasado, en cadena nacional, reconoció su interés por Los Pinos. Para los ilusos, este no es el primer paso rumbo a la Presidencia. Es uno de varios que ha dado. ¿Será?

 

Avanzada federal

El PRI y el gobierno federal tardaron cuatro años para darse cuenta que les comieron el mandado en el ámbito publicitario. En todo el país muy pocos estados resaltaron la inversión del gobierno federal priista en diferentes obras. Por lo regular, los gobernadores y secretarios estatales se dedicaron a vender las obras como suyas y omitían la participación federal y si era necesario, la propaganda gubernamental siempre terminaba por adjudicar el trabajo a los Ejecutivos estatales. Ahora pretenden revertir la situación, el 2018 está cerca y los pocos activos no alcanzan para un triunfo. ¿Será?

 

Saldos electorales

Ahora que el IEE inició con el proceso de extinción del Partido Social de Integración, la grilla al interior de dicho instituto está a todo lo que da y el villano favorito es el dirigente Carlos Navarro Corro. Fuentes al interior del PSI nos platican que existe una profunda indignación debido a que el sujeto de marras no logró mantener la estructura que en 2013 ofreció grandes dividendos y convirtió al partido en el clavo del ataúd priista. Algunos aseguran que esto se debió al desinterés y falta de oficio de Navarro Corro. ¿Será?

 

Gastos inútiles

La Comisión Nacional del Agua dio a conocer hace unos días un dato escandaloso: A lo largo de 20 años, gobiernos federales, estatales y municipales han invertido 5 mil millones de pesos en la rehabilitación del río Atoyac, sin embargo el afluente está más contaminado. En otras palabras: dinero tirado a la basura. A eso se suma la complicidad de los municipios asentados a lo largo del afluente para permitir las descargas ilegales. Para colmo, los esfuerzos que ha impulsado la entidad poblana quedan nulificados ante el desinterés de Tlaxcala para meter orden a las industrias y comercios que contaminan el río. ¿Será?

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