La designación del delegado especial que la sustituyera no tuvo unanimidad entre los 25 integrantes del CEN, por lo que se modificó para nombrar a un “delegado de acompañamiento”
Por Mario Galeana
El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD impuso a la dirigencia estatal perredista en Puebla un “delegado de acompañamiento” que revisará las acciones de la presidenta Socorro Quezada Tiempo.
La líder perredista reconoció que, si bien el delegado no obtendrá voto dentro del Comité Directivo Estatal (CDE) ni el Consejo Estatal, sí tendrá derecho de voz en la toma de las decisiones en el sol azteca.
La designación del delegado tiene origen en los resultados obtenidos por el PRD en Puebla durante la elección de este año, ya que no logró rebasar el 5% de la votación válida emitida.
El viernes pasado el CEN tenía previsto analizar la posibilidad de cesar a Quezada Tiempo y a otros 12 líderes estatales del partido en el mismo número de entidades donde el PRD obtuvo resultados electorales negativos que derivaron, en algunos casos, en la pérdida de prerrogativas para el 2017.
Sin embargo, la designación del delegado ejecutivo en Puebla no logró consenso entre los 25 integrantes del CEN, por lo que la propuesta fue modificada para nombrar a un delegado que monitoree las acciones de la dirigencia estatal.
“La función (del delegado) sería de acompañamiento. De alguna forma buscará tener una relación directa (con la dirigencia estatal) para que se pase información al CEN”, sostuvo la líder perredista.
La posibilidad de remover a Quezada Tiempo de la presidencia estatal fue promovida por la secretaria general del PRD a nivel nacional, Beatriz Mojica Morga, después de que el PRD y su ex candidata al gobierno poblano, Roxana Luna Porquillo, obtuvieran sólo 75 mil 173 votos durante los comicios de junio.
Quezada Tiempo dijo que su posible destitución “no habría sido justa”, puesto que no fue impulsada por el Comité Ejecutivo en Puebla, además de que integrantes de la corriente Nueva Izquierda (NI) apoyaron al gobernador electo de Puebla, José Antonio Gali Fayad, y no a la abanderada de su partido.
“Para nadie es un secreto que el partido estaba en cenizas tras la elección federal de 2015, y que en esta elección Nueva Izquierda se fue a hacer campaña con Tony Gali. Aun así, logramos la votación para conservar las prerrogativas”, arguyó.
La designación de los 13 delegados especiales vino tras un análisis realizado por la dirección nacional del PRD a fines de julio pasado, donde se indicaba que “por presunta relación indebida con el gobiermo estatal” o por duplicidad de cargos, debían promoverse relevos en las dirigencias de esas entidades.
Quezada Tiempo, según el informe, habría tenido que ser inhabilitada, pues además de presidir la dirigencia perredista en la entidad poblana es diputada en el Congreso del estado.
La duplicidad de cargos se encuentra prohibida en una reforma estatutaria que el PRD realizó en el año pasado.