Datos de la organización México ¿Cómo vamos?, ubican a la entidad con un 67.6%, por lo que tiene el nivel de “alarma” en el semáforo de esta asociación civil

 

Por Guadalupe Juárez  

La tasa de informalidad en el estado de Puebla va a la alza, pues mientras en el segundo trimestre de 2014 se registraba en un 64%, el año pasado –en el mismo periodo– se ubicó en 65.8 puntos porcentuales, y ahora –en 2016– es de 67.6%.

Dicho porcentaje supera al nivel nacional, de 52.5 puntos, por lo cual Puebla es clasificada en el semáforo económico del país con color rojo, ya que no logró reducir el número de informales.

Lo anterior se deriva de datos de la organización México ¿Cómo vamos?, la cual a su vez retoma datos de los Indicadores de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de estadística y Geografía (Inegi).

Según el análisis, la informalidad laboral está conformada en su mayoría por personas mayores de 60 años, seguidos de un grupo de población joven de entre 15 y 19 años de edad.

Las personas de 50 a 59 años forman el tercer grupo de población ocupada en la informalidad, con un 30.55% .

De acuerdo con datos publicados a finales de 2015 por la misma organización, la informalidad se presenta no sólo con vendedores ambulantes, sino en sectores como la construcción, industrias manufactureras, transportes, correos, almacenamiento y las actividades del sector primario.

Al respecto, en el periodo de 2005 a 2014, Puebla había reducido este rubro en 1.5 puntos porcentuales.

 

Daño informal

La economía informal tiene una participación importante en la economía nacional, pues –según datos del Inegi– en 2013 este sector aportó 24.8% al PIB nacional, con una producción de tres mil 559 millones de pesos, de los que el comercio tuvo la mayor contribución con mil nueve millones de pesos.

A pesar de su aportación en los recursos económicos y en empleos a personas vulnerables –entre ellos los adultos mayores– , los especialistas consideran que el crecimiento de la informalidad daña la economía mexicana, ya que provoca una competencia desleal con los comercios y empresas que cumplen con sus obligaciones fiscales.

Para contrarrestar la problemática del trabajo informal, los analistas proponen convertir empresas informales en formales y, por lo tanto, productivas, sin que necesariamente se pierdan los puestos de trabajo generados.

 

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