Las Serpientes

Por Ricardo Morales Sánchez / @riva_leo
Desde el pasado 26 de julio escribí que gobernabilidad y seguridad pública eran los dos grandes retos que iba a enfrentar durante su breve mandato el nuevo gobernador, José Antonio Gali Fayad, una vez que inicie su periodo a partir de febrero del 2017 al frente de los destinos de Puebla.

Al parecer, al final de sexenio ha venido un “relajamiento” por parte de quienes están al frente de la seguridad de los poblanos, tanto en el ámbito estatal como en el municipal y esto se ve reflejado en el clima de inseguridad que se respira en Puebla.

Si bien el gobernador Moreno Valle no ha bajado el ritmo de trabajo, no se puede decir lo mismo de los encargados del área de seguridad, el secretario  General de Gobierno,Diódoro Carrasco Altamirano, y del de Seguridad Pública, Jesús Rodríguez Almeida, así como el de Puebla capital, Alejandro Santizo Méndez, quienes tal vez por no ser originarios de la entidad, no alcanzan a dimensionar el tamaño del problema.

Hace unos días, la periodista Rubí Soriano, quien escribe su columna Alquimia del poder en nuestro portal Efekto10, señalaba de manera atinada lo siguiente: “Ahora que el gobernador electo Antonio Gali está realizando los Foros Ciudadanos, para dar voz a todos aquellos que quieran presentar propuestas en alguno de los temas de políticas públicas que conformarán su Plan Estatal de Desarrollo, es importante poner atención en la seguridad pública.

“El termómetro social, más allá de estadísticas con o sin maquillaje, indica que la situación de seguridad pública en Puebla rebasó esos límites que por mucho tiempo hicieron ver a nuestra entidad como un lugar seguro”.

La cita de Soriano es más que atinada y refleja la cruda realidad de lo que se comienza a vivir en Puebla, en donde hay un clima de descomposición, en donde incluso ya hay poblaciones –muchas de ellas cercanas a la zona del volcán Popocatépetl o del llamado triángulo rojo– en donde las poblaciones han formado grupos para sus autodefensa.

Los casos en donde la justicia se toma por propia mano ya no son extraños en la entidad, pues crece el número de poblaciones que recurren a la brutalidad de los linchamientos para mandar un claro mensaje a todos aquellos que quieran delinquir, pero que a su vez también debilita el estado de derecho.

Gali Fayad sabe del tamaño del reto que va a enfrentar a partir del 1 de febrero y está consciente de que no va a ser fácil, pero no está dispuesto a bajar la guardia.

De hecho, el gobernador electo tiene como prioridad dentro de su agenda el tema de la seguridad pública, así como reforzar el perímetro que rodea a Puebla con entidades que se encuentran en medio de graves problemas de inseguridad, como lo son Guerrero y Veracruz, además de, por supuesto, el Estado de México y la Ciudad de México.

El apoyo de las autoridades federales debe de ser una prioridad para combatir al crimen organizado en temas delicados como son el narcotráfico, la trata y el robo de combustible, delitos que tienen en jaque a las autoridades locales.

También es necesario que se trabaje con los 2017 presidentes municipales de la entidad, reforzando todo el tema local, porque hay muchos ediles que ya también perdieron la brújula o bien, están más que rebasados por la delincuencia y el crimen.

El reto para el próximo gobierno del estado es de dimensiones impresionantes y el tiempo apremia, se debe de atacar el problema de la inseguridad cuanto antes, ya que está de más decir que así inicio la descomposición en otras entidades.

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