Las Serpientes
Por Ricardo Morales Sánchez
Ayer se tenía prevista la visita a la ciudad de Puebla de la aspirante del PAN a la presidencia de la República, Margarita Zavala de Calderón, quien de acuerdo a diversos estudios de opinión encabeza las preferencias rumbo al 2018.
Es un hecho que el panismo se encuentra prácticamente en la antesala de Los Pinos.
Cualquiera de sus tres aspirantes (Moreno Valle, Margarita Zavala o Ricardo Anaya) a suceder al presidente Peña parecen tener casi garantizado el triunfo rumbo a 2018, aunque una encuesta de Consulta Mitofsky, publicada en el periódico El Economista, señala, supuestamente, que si Margarita no es la candidata López Obrador sería el ganador.
Pero este aparente triunfo se puede ir por la borda si el proceso interno para elegir candidato no se lleva a cabo con asepsia, para evitar una ruptura que pueda abrirle la puerta a otro partido político, específicamente a Morena.
En 2012 el panismo se preguntaba quién fue el culpable de la derrota del 1 de julio ¿La dirigencia del PAN, la campaña de Josefina Vázquez Mota o el gobierno de Felipe Calderón?
Acción Nacional cayó al tercer lugar de las preferencias con 25.41% de los votos, a 12.8 puntos del primer lugar, Enrique Peña Nieto, y a 6.18 puntos de Andrés Manuel López Obrador, luego de dos sexenios en el poder, con Vicente Fox y luego con Calderón.
En el Congreso federal pasaron de 50 a 38 senadores, y de 142 a 114 diputados, manteniéndose como la segunda bancada más numerosa, detrás del PRI en ambas cámaras. Sin embargo, los diputados de la coalición de izquierda PRD-PT-Movimiento Ciudadano, juntos, fueron más que los panistas en la Cámara Baja.
La campaña de Josefina quedó atrapada entre sus esfuerzos para traducir en beneficios electorales lo positivo del gobierno del presidente de la República, los errores de su campaña y las disputas internas en el partido.
“El entonces presidente Calderón hizo una reflexión de los resultados de la elección del 1 de julio de 2012, valorando en ello la responsabilidad compartida que tuvieron el gobierno, el partido y la propia campaña electoral”, tras una reunión con dirigentes partidistas estatales.
La culpa surgió luego de críticas de panistas como Javier Corral o Germán Martínez.
El expresidente del partido y excolaborador de Calderón, Martínez Cázares escribió en Reforma el 2 de julio de 2012 que el gobierno “nunca supo comunicar”, y que en ocasiones transmitió “incertidumbre o simulación”.
Esta falla de comunicación se suma al desgaste del gobierno saliente por el nivel de desempleo –de 4.8% en el segundo trimestre del año–, y los más de 47mil 500 muertos reportados oficialmente en el contexto de la lucha contra el crimen organizado –emprendida por Calderón al inicio de su mandato–.
Hoy, Margarita Zavala, esposa del expresidente, no debe de perder de vista que sin unidad, no va a poder ganar la presidencia de la República. Los grupos que la respalda no pueden echar campanas al vuelo, ni sentir que ya tienen la candidatura en la bolsa.
Quienes ya se sienten en Los Pinos deben de recordar que del plato a la boca a veces se cae la sopa.
ZAVALA, EL INCANSABLE
El que a pesar de todos los pesares sigue de manera incansable su trabajo por todo el estado, es el excandidato del PRI a la gubernatura, Javier López Zavala, a quien sólo le faltan siete municipios para ya haberle dado toda la vuelta al estado en este 2016.
Los priistas desdeñan los números del exdiputado federal y local, quien fuera secretario de Desarrollo Social y de Gobernación y que conoce como pocos la entidad y sus grupos, pero hay ya otras fuerzas políticas que se han acercado para conocer los proyectos del que fuera el hombre fuerte en la pasada administración.
Algo que no han entendido en el tricolor es que Zavala es el único que cuenta con un capital político propio y una base trabajada por más de 20 años, la cual se ha dado el lujo, incluso, de ganar presidencias municipales por su cuenta.
Allá el tricolor y sus cuatro peces “dizque” gordos, si quieren hacer a un lado, al único priista con un liderazgo social.