Los parquímetros podrían ser la solución en Puebla, pero sólo se considerará el proyecto si resulta benéfico para los automovilistas y la ciudad, consideró el alcalde Luis Banck
Por Guadalupe Juárez
Encontrar un cajón de estacionamiento en el Centro Histórico se ha convertido en una pérdida de tiempo y dinero. ¿Quién en su sano juicio estaría dispuesto a buscar durante 20 minutos un sitio para estacionarse?
En la capital poblana –de acuerdo con datos del Ayuntamiento– se pierden 70 mil horas-hombre en búsqueda de un lugar, un lugar libre donde aparcar, lo que se traduce en un gasto adicional de 75 mil litros de gasolina al año.
Ésa es la realidad de los conductores poblanos. Pero eso no es todo: detrás de este problema se encuentra una invisible red de personas que tomaron las calles como su fuente de trabajo, mejor conocido como franeleros, quienes se han apropiado del 84% de los cajones libres en las calles.
Ante esta situación, el Ayuntamiento decidió incluir formalmente el concepto “ordenamiento de espacios públicos” en la Ley de Ingresos para 2017, lo cual abrió la discusión para instalar o no parquímetros en el Centro.
Durante sesión ordinaria –celebrada el viernes pasado– el Cabildo pareció dividirse. La fracción del Partido Revolucionario Institucional (PRI) votó en contra de su instalación por considerar que el proyecto no era viable, aunque omitió reconocer que durante la gestión municipal del priista Enrique Doger Guerrero avaló la instalación de parquímetros.
Incluso, autorizaron la firma de un convenio con una empresa privada, el cual fue avalado por la mayoría marinista que controlaba el Congreso del Estado. El proyecto fue un fracaso: el contrato se rescindió de manera inexplicable y el Ayuntamiento tuvo que enfrentar un proceso jurídico.
Por lo anterior, el presidente de la Comisión y Movilidad Urbana, Adán Domínguez, acusó al tricolor de politizar la discusión, sin evaluar los beneficios o perjuicios para el ciudadano.
Condicionan instalación
Al finalizar la discusión, el edil Luis Banck Serrato condicionó la instalación de parquímetros en las calles poblanas al afirmar que los proyectos relacionados con este tema serán transparentados en su totalidad.
Anunció cuatro puntos fundamentales para avalar este proyecto. El primero consiste en la transparencia de la elección en el modelo de operación, ya sea por contrato, operación del propio Ayuntamiento o concesión a una empresa privada.
Otra condicionante es el modelo de operación, en el que remarcó que el beneficio debe ser mayor para la ciudadanía y no para la empresa que pudiera brindar el servicio.
El tercer eje –indicó– es el beneficio de la zona donde se instalen los dispositivos, en los cuales se cree un fideicomiso para destinar recursos en bacheo, seguridad e iluminación.
Aseguró que dentro de la propuesta de ordenamiento vial se plantea la generación de empleos formales para los franeleros, a fin de evitar que éstos se unan a bandas delictivas, aunque en entrevista posterior no reveló en qué consistirá este programa ni cuántos beneficiarios tendrá, puesto que afirmó que el mecanismo será sometido a evaluación.
En un recorrido llevado a cabo por este medio la semana pasada, los viene-viene aseguraron que los parquímetros no les afectarán en gran medida, ya que sus ingresos los obtienen del lavado de automóviles y no por el cobro por estacionamiento.
El proyecto que presentó en días pasados el coordinador de regidores de la fracción panista, Oswaldo Jiménez, plantea que las tarifas por hora oscilarían entre tres y nueve pesos.