Lo que nunca veríamos
La franquicia de Andrés Manuel López Obrador en Puebla se encuentra atrapada en una olla de presión a raíz de que su dueño decidió abrir Morena a políticos de otros partidos, con la finalidad de fortalecer la votación rumbo al 2018. Cuadros como el priista Enrique Doger Guerrero ofrecen una alta rentabilidad de votos, mientras que el malogrado candidato Javier López Zavala les permitirá contar con una estructura política capaz de aglutinar el sufragio y orientarlo. Frío y calculador, AMLO intenta cubrir las debilidades de su instituto político y para eso necesita refuerzos, lo cual tiene muy enojados a sus seguidores. ¿Será?
El temor perredista
Al interior de la corriente Frente de Izquierda Progresista (FIP), que encabeza el senador Luis Miguel Barbosa Huerta, los números no les cuadran. Aun más: no alcanzan para mantener el control del partido. Resulta que a raíz de la pasada elección de minigobernador, la tribu del legislador perdió simpatizantes en el interior del estado y algunos otros fueron pirateados por otras corrientes como Alternativa Democrática Nacional. Por eso el temor de Barbosa y su séquito, pues estarían a un paso de perder la dirigencia estatal del PRD. ¿Será?
Living la vida loca
Vaya que Mario González Maldonado resultó ser toda una fichita. El líder de la Sección 37 del sindicato de la Semarnat también tiene muchos enemigos. De lo contrario, poco se sabría de los excesos que ha cometido en su trayectoria sindical y las escandalosas medidas para conservar el poder. Es este sindicalista el que ahora se encuentra en medio de una batalla para destituir al delegado de la Conagua, Germán Sierra Sánchez. Lo que don Mario no sabe es que el funcionario está más que firme en su puesto y que su revuelta pasará a la historia como otro de sus excesos. ¿Será?
Preguntas incómodas
La diputada federal del PRI Xitlalic Ceja García tiene muchas preguntas por responder ahora que se autoproclamó como activista contra la violencia de género. Por ejemplo: ¿por qué durante la gestión de Mario Marín no dijo ni pío sobre las denuncias de más de tres mil mujeres desaparecidas, pese a que instituciones como la Ibero demostraron la gravedad del problema? ¿Por qué hasta ahora está interesada en que se emita una alerta de género en Puebla cuando en la pasada administración había reclamos de esa naturaleza? ¿A qué se debe que nunca se interesó porque el Congreso local tipificara el delito de feminicidio en la gestión marinista?