AMLO y el escándalo que quiso evitar  

Andrés Manuel López Obrador le puede agradecer al senador Manuel Bartlett Díaz y su mano derecha, el notario Carlos Meza Viveros, haberlo incluido en un escándalo nacional por un presunto tráfico de influencias para liberar a la pareja sentimental del vocero de Morena, César Yáñez Centeno. Don Manuel ya salió a desmentir cualquier irregularidad, pero el golpe ya está dado. Ni tardos ni perezosos, los priistas operaron desde el Senado para iniciar una investigación al respecto. En otras palabras: habrá escándalo para mucho rato. Una mancha más para el nada impoluto López Obrador, a quien sólo le creen sus pejezombies. ¿Será?

 

Anaya y la discordia

Ricardo Anaya Cortés está jugando un juego muy peligroso en su empecinamiento de montarse –como bien lo hacen los priistas– en la estructura de su partido para fortalecer sus aspiraciones presidenciales. Hasta el momento, los calderonistas y morenovallistas son los que han alzado la voz en contra de esta irregularidad, pero los conocedores aseguran que surgirán más aspirantes y existe un riesgo de atomizar y polarizar al partido. Eso los llevaría a la derrota en el 2018 pese a tener la oportunidad de regresar al poder. ¿Será?

 

Desdén federal

El Consejo Coordinador Empresarial en Puebla, encabezado por Carlos Montiel Solana, decidió levantar la voz y exigió al gobierno federal asuma la responsabilidad del combate del crimen organizado ligado al robo de hidrocarburos en Puebla. El llamado guarda especial importancia luego de que se diera conocer que, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, tres de cada 10 asesinatos dolosos en Puebla son producto del crimen organizado. El problema de los huachicoleros, más allá de los que se dice, parece un caso de solapamiento. ¿Será?

 

Tiempo de definiciones

Aquellos que crean que la dureza en la postura asumida por el rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, en cuanto al lamentable recorte presupuestal para la educación superior del país se trata de un problema de pesos y centavos, están totalmente equivocados. El llamado y la crítica expresada por el jefe del gobierno universitario está ligada una mística de la casa de estudios: la responsabilidad social. No se trata de si se logran obtener recursos, sino de evitar un impacto que terminarán pagado los estudiantes, académicos y la sociedad en general. No es la reducción de becas o al falta infraestructura, sino la consecuencia negativa que acarrea. ¿Será?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *