Por Humberto Pérez  Rodríguez    

Cautivador, impresionante, espectacular. Así fue la presentación de Jarocho Internacional en el auditorio del Complejo Cultural Universitario de la BUAP, donde el público vibró con cada uno de los números que los más de 70 bailarines y músicos ejecutaron en el escenario.

“Primera llamada, primera”, anunciaba el sonido local.

En la alfombra rosa personajes de la política desfilaron. Una de ellas llama la atención. Es el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco. Con él conversa el diputado federal Juan Pablo Kurczyn.

Ambos posan y a se les une el director general de Imagen Puebla, Gabriel Guillermo Rodríguez.

Clic por aquí, clic por allá, las cámaras iban por las mejores tomas. “De este lado, por favor”, decían los fotógrafos reunidos en el lobby del auditorio.

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“Segunda llamada, segunda”.

“¿Vamos por un café o quieres una cerveza?”, pregunta un hombre a su acompañante. “Lo que tú quieras”, es la respuesta.

El stand de una reconocida cafetería veracruzana es el más visitado. “Tengo lecheros y americano, bombas y canillas”, dice el vendedor. “Me da un lechero y una canilla, por favor”.

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“Tercera llamada, tercera”.

Las luces del auditorio se apagan.

En el escenario, cubierto con un telón traslúcido que asemeja un paliacate, se aprecian las figuras de los bailarines.

El telón sube.

Una figura aparece, zapatea y zapatea como un jarocho. Pero la coreografía es diferente.

Zapateado marca la apertura del primer acto de Jarocho Internacional.

Después se escucha Colás… “Colás, Colás, Colás y Nicolás; lo mucho que te quiero y el mal pago que me das; si quieres, si puedes, si no ya lo verás; ay, qué bonito baila la mujer de Nicolás”.

Y el público suena las palmas al compás de la música. “Échale pariente”, grita un espectador. Y el ambiente arrecia.

Bruja y Jarjazz se llevan también una ovación.

Con Raíces las emociones cambian.

Pero con Ritmo, el espectáculo da muestra de la coordinación, de la unión que existe entre los bailarines y los músicos, especialmente, con el baterista Gustavo Bureau.

Lejos de casa y Fandango marcan el cierre del primer acto. “Les informamos que tendremos un receso de 15 minutos. Por su atención, gracias”, explica el sonido local.

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Los acordes de La cucaracha se escuchan y el público canta: “…ya no puede caminar, porque no tiene, porque le falta…”.

Todos forman parte de Guacamole, el inicio del segundo acto.

Y entonces los asistentes disfrutan de un rico Danzón, del Flamenco y de una Noche cubana, todo en menos de 15 minutos.

La malagueña también tiene cabida. Jarocho y, por supuesto, La bamba cierran el espectáculo.

Así, Jarocho Internacional no sólo llevó a los asistentes a un viaje por tierras veracruzanas, lo hizo anteriormente por Europa y el Caribe.

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